esbozos y rasguños
No estaba tan loco
Brahim se disfrazó de Benzema para tumbar a Giménez, quien se había mostrado imperial durante todo el partido, con un quiebro imposible en apenas el espacio de una baldosa
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Iniciar sesiónHace exactamente dos años Luis de la Fuente eligió a Julián Alvárez como mejor jugador del mundo para los premios The Best. No pocos se rieron de lo que se consideraba toda una exageración. «No bebo, estaba sereno cuando voté» tuvo que llegar a aclarar ... el técnico riojano durante una rueda de prensa en una concentración con la selección española al ser cuestionada su sorprendente decisión. Pero lo que por aquel entonces podía parecer una boutade de entrenador, de repente, ya no nos suena tan descabellado. Porque el argentino demostró en el Bernabéu que ahora mismo está entre los mejores. Que es un jugador determinante que encima posee una mentalidad ganadora: no se desgasta en tonterías, hace todo con un gran sentido táctico, es generoso en los esfuerzos y tiene calidad. Su asombroso gol en el Bernabéu, por la forma y el momento, es de jugador grande. A lo mejor habría que empezar a pensar que parte del derrumbe del City también se pudiera deber a su marcha del equipo de Guardiola. Y que De la Fuente no estaba tan loco.
Y hablando de jugadores grandes en noches importantes: Brahim se disfrazó de Benzema para tumbar a Giménez, quien se había mostrado imperial durante todo el partido, con un quiebro imposible en apenas el espacio de una baldosa, recordando fugazmente a aquella jugada en el fondo del Calderón de un Benzema escapando a lo Houdini de Godín, Savic y Giménez. Fue un gol maravilloso el del malagueño, que siempre intenta sacar provecho de los minutos que le dejan los demás tal y como un mapache haría con la comida de unos excursionistas en un camping: sin quejarse y sin ir de exquisito.
Su nivel pone en un brete a Ancelotti. Porque el Madrid recupera para el partido de vuelta en el Metropolitano a Bellingham lo que, de manera tal vez injusta, implica tener que sentar a un Brahim en estado de gracia (habiendo marcado en dos jornadas consecutivas y demostrado personalidad durante la eliminatoria).
Quien desde luego no se debería de permitir muchos partidos como el de la ida en el Bernabéu es Mbappé. No se le exige al francés marcar gol en cada encuentro importante que tenga su equipo. Pero sí, desde luego, no perder cada duelo, cada acción, cada balón. Tomó muchas malas decisiones, siendo tal vez la peor de todas ellas una jugada fatalmente ejecutada al final del partido que pudo haber dejado encarrilada la eliminatoria para los blancos. El tan criticado Tchouaméni, en cambio, sí completó un partido espléndido, atreviéndose con pases largos y mostrándose mucho más ligero de pies. Sin Ceballos, el equipo necesita esta versión de un Tchouaméni más inspirado.
El partido de vuelta en el Metropolitano será emocionante. Los dos equipos ya han demostrado a lo largo de sus tres enfrentamientos en esta temporada que su nivel es, tal vez, el más parejo de los últimos diez años.
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