El Bar de Mou
Las trampas del relato
«La eliminatoria ante el Inter duró 211 minutos, y el Barcelona sólo estuvo por delante durante seis, recibiendo siete goles. En ninguno de los dos partidos Lamine fue elegido MVP»
El apagón blanco

En la Feria de Sevilla el torero Morante de la Puebla ha pegado a una mona de pascua unos naturales por fuera y unas series de derechazos con el pico de la muleta ('patrás', 'poralto' y 'pafuera') que el taurineo de mocasín sin calcetín, pantalón ... teja y barbita distraída ha cantado como la cumbre del arte de Cúchares, con el apoyo de los revistosos del puchero, que han agotado para su relato con todas las metáforas albertinas: «Hermosos, dulces, mágicos, serenos / o en la batalla erguidos, agitados, /o ya en juegos de puro amor besados, / gráciles corzas de dormir morenos…». Es el relato de una sociedad mefítica, producto de un régimen político llamado Estado de partidos, en el que todo es mentira menos lo malo. Son las trampas del relato, homenaje que hacemos a las trampas de la fe de la Sor Juana Inés de Octavio Paz.
En este ambiente revisteril, el Barcelona de Lamine es al fútbol lo que la Feria de Morante es a los toros.
-Estas semifinales que ha hecho Lamine no las ha hecho ni Pelé; para mí, es el Balón de Oro -dice Segurola, un ex director de 'Babelia' acostumbrado a hablar 'ex cathedra' en el sillón de 'Homine', mientras el barbero le hace la barba y un limpia cubano le lustra el zapato.
El Inter, segundo en la serie A italiana, ha sido el primer toro en puntas, de los de Madrid, que el Barcelona ha tenido delante en esta Champions: la eliminatoria duró doscientos once minutos, y el Barcelona sólo estuvo por delante durante seis, recibiendo siete goles siete. En ninguno de los dos partidos Lamine fue elegido MVP, pero el relato es el relato, y «Oh tú, mi amor, el esmerado estilo / de tu gran hermosura que en sigilo / casi muriendo alabo a toda hora». Como en los tiempos de Curro Fetén, pero sin su gracia. «Ponle tú bien, que yo no puedo», le decía Fetén a un becario en tarde de Ortega Cano. La turra que nos espera con el Barcelona de Lamine hará que, en comparación, la campaña pro Otan del gobierno de Gonzalón nos parezca una comedia de Ozores, que aquí es donde más lucen los siete votos de Puigdemont.
Primero fue Sánchez, la Cosa, en el Círculo de Economía de Barcelona: «España y Cataluña somos países extraordinarios», concepto avalado, según los revistosos del País Pequeñito de Allá Arriba (definición de Guardiola), por la Real Academia Española. Bolaños se pasa el día hablando de Aristóteles con Sánchez, y éste sabe que en lo federal el todo es antes que las partes; pero si las partes son antes que el todo, como propone en su cita, es que vamos a lo confederal.
Y luego fue el CSD de Uribes, el que como ministro de Cultura se hacía servir cazoletas de rabo de toro de Casa Salvador en su mesa de la Casa de las Siete Chimeneas, con un tuit exclusivo sobre el equipo gubernamental, el Barcelona, que juega con futbolistas inscritos por la gracia de Dios concedida por Uribes. El CSD:
-(Corazón partido) Una despedida cruel en esta edición de la Liga de Campeones. El FC Barcelona ha firmado una gran eliminatoria de semifinales ante el Inter de Milán.
«Gran eliminatoria» es que una banda de troncos italiana y en horas bajas te meta siete goles siete (ocho, si contamos el guindado en Montjuic), porque el 'conceto' es el Brasil del 70, con Lamine («fa disset anys que tinc disset anys») de Pelé y 'Tuercas' Flick de 'Lobo' Zagallo, que nadie se va a levantar de la silla a comprobarlo. Y es que la mayor trampa del relato está en entrar al trapo del jugar bonito, que nadie ha conseguido definir. ¿El fin, jugar bonito, justifica los medios, línea del fuera de juego más Informes Negreira? Según Maquiavelo, sí, si ganas, claro, que ésa es la parte seria del pensador florentino que todo el mundo olvida.
-Nosotros, como el Brasil de Pelé: si nos meten siete, nosotros metemos ocho.
Pero metieron seis, y perdieron. Ahora, para desahogarse, les queda el clásico de mañana, donde pueden hacer sangre con la defensa del Madrid, que pudiendo tener a Hakimi y a Theo, tiene a Lucas Vázquez y a Fran García, más Hernández Hernández, Hehé, en la cosa arbitral de una competición tan devaluada por las instituciones que ya no importa a nadie. Ni siquiera al Barcelona.
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