El día que el Madrid le hizo una manita a Maradona

El año pasado tuvo un final cargado de emoción con un gol de Van der Vaart , desde el suelo, en el tiempo añadido (el Sevilla ganaba 0-2 en el minuto 58) pero Cristiano y el ex sevillista Ramos igualaron en tres minutos.

Maradona jugó en Chamartín . Entrenado por Bilardo, aquel Sevilla era un equipo guerrero con Diego reincorporado para el fútbol, que volvió a la Liga en la 92-93, con 32 años, nueve temporadas después de dejar el Barça (nunca ganó la Liga). Jugó 26 partidos como sevillista, todos de titular, metió cinco goles, le sacaron las mismas tarjetas y salió expulsado una vez (fue González Lecue en Tenerife, con su compatriota Fernando Redondo de rival y algo culpable). En aquel Real Madrid-Sevilla con Maradona hubo 105.000 espectadores (con 67 millones de pesetas de recaudación). Venció el Madrid, que fue una apisonadora aquella tarde (5-0) con cuatro antes del descanso , tres goles de Zamorano, otro ex sevillista, que hacía aquella tarde su décimo gol en siete partidos. Dos años antes hubo un 7-0 (con Zamorano entonces como rival, en punta con Polster, Carvajal y Ramón. Y Cantatore de entrenador).

Un día Lasa metió un golazo. Fue un córner a la desesperada, en la 94-95. El Madrid ganaba 1-0, gol de Raúl, pero estaba entrando en serios problemas para evitar el empate. En el tiempo añadido por Daudén, en aquel saque de esquina, el portero Unzue fue al remate y el Sevilla, de rojo entero, lo sacó en corto. No sé por qué a Suker se le ocurrió hacer un recorte, después de otro primer recorte (con Unzue esperando), con lo que perdió el balón a pies de Lasa que montó un contraataque, con el portero a todo correr, a 60 metros de su arco.

Lasa no tenía un potente disparo, pero tampoco una potente zancada, por lo que optó por chutar desde su propio campo y, entre el globo de su disparo y la carrera de Unzue, que ya había llegado a su área, hubo unos segundos de máxima emoción. Mikel Lasa metió el gol de su vida (ABC lo tituló "el gol más largo") . El lateral marcaba aquel día su tercer gol en el Madrid, todos importantes, porque el donostiarra marcó en la última final de Copa que han ganado los blancos y en una eliminatoria, también de Copa, en una galopada en el Calderón. Y es que en aquel Madrid-Sevilla pasaron muchas cosas: Buyo batió el récord de Miguel Ángel de 596 minutos sin recibir un gol, dejándolo en 631 y Luis Aragonés, entrenador esa noche del Sevilla, cumplía 500 partidos en Primera.

El Madrid se proclamó campeón en la 71-72 , en la última jornada, y envió a los andaluces a Segunda, que se presentaron con uniforme de rayas anchas verticales rojiblancas. En aquella tarde entre nubes de mayo el Sevilla no pudo eludir el descenso (el Burgos se salvó en Riazor) con jugadores inolvidables como Rodri en la portería; Toni, Costas, Hita, Pazos, Santos, Lora, De Diego, Acosta, Lebrón y Sanjosé. El malogrado Berruezo jugó en la segunda parte (murió al comienzo de un partido en Pontevedra siete meses después)