Diego Rico: «Los profesores me llamaban macarra, pero yo tenía que defender a mi hermano»

-Menudos 30 años lleva en este mundo.

-Somos una familia humilde. Mi madre era peluquera y mi padre peón en un taller de automóviles, y cuando nació mi hermano se tuvieron que multiplicar para cuidar de él y para que pudiera ir a entrenar. Javi tiene 27 años y una minusvalía del 98%. Ha cogido lo mejor de dos síndromes, pero los médicos no saben exactamente cuáles son. Ha sufrido casi 30 operaciones: dedos pegados, ojo de plástico, paladar, las dos rodillas, los dientes, la vista, el estómago, el apéndice...

-Una vida entregada a él.

-Él nos da una lección de vida con su alegría, energía, ganas de hacer cosas.. Por ejemplo, tiene la rodilla destrozada, llega a casa con escayola y en silla de ruedas, y le da igual. Se pone a andar, dice que no le duele… Luego te sale un mal partido y te das cuenta que hay cosas peores en la vida. Relativizas todos los problemas diarios. Te joden, claro, y a mi hermano también le sucede, pero con lo que hemos pasado todo se valora más.

-Usted es su ídolo.

-Sí. Siempre está a mi lado, quiere hacer lo que yo hago, le encanta el fútbol y se hace del equipo en el que juego. Y siempre equipado de arriba a abajo de ese equipo. Los goles los celebro tapándome un ojo y llevo un tatuaje en el brazo de ambos con el lema 'you will never walk alone'

-En el instituto le tocó defenderlo unas cuantas veces.

-A raíz de la situación de mi hermano he tenido bastantes problemas. Los profesores me decían 'eres un macarra, no vas a llegar a nada, estudia…', pero claro se metían todos los chavales con Javi, mi hermano me venía a llorar y ¿qué iba a hacer yo en ese momento? Pues defenderlo. Lo volvería a hacer mil veces. Yo no te insulto ni te falto al respeto, respeta tú a los demás. Luego venían los padres de esos niños a por mí, pero que miraran a ver qué había hecho su hijo antes. Al final tuve que cambiar de instituto.

-Su padre también ha sufrido contratiempos.

-Pues una angina de pecho y varios infartos. Tiene cuatro 'stent' en el corazón. Es una persona con problemas de corazón y diabética. Ahora está bien y puede ver el fútbol, pero acelerado. Le dicen que haga deporte, pero él anda porque sino le duele el pecho. Y está jubilado, no puede hacer sobreesfuerzos.

-Luego dicen que los futbolistas son privilegiados. Hay cara B.

-La hay. Mire, en el verano de 2008 estoy en el Burgos Promesas y me llama el Madrid para hacer la pretemporada en el juvenil C. Los dos equipos coincidían en el mismo grupo y me dijeron que volviera allí para ver cómo me desenvolvía y hacerme un seguimiento, pero los seis primeros meses el entrenador me tuvo en el banquillo. Ni me convocó cuando vino el Madrid al Plantío. Nadie sabe por qué. Y eso hizo que finalmente no acabara en el Madrid, aunque luego acabara la temporada siendo uno de los mejores y el capitán.

-En el Zaragoza también vivió la ira de los aficionados cuando las cosas no fueron bien. ¿El hincha se cree que tiene el derecho a hacer y decir lo que le da la gana con los jugadores cuando van mal las cosas?

-Sí. Como pagan sus abonos se creen con ese derecho y tú no puedes hacer nada. Eres la imagen pública y luego el malo eres tú.

-En la Real es importante, le renuevan en marzo y luego en verano le dicen que no cuentan con usted. Todo muy raro.

-Bastante raro, sí. El director deportivo me dijo que buscara un sitio donde me quieran. Ahí lo dejo. Lo demás me lo guardo para mí. Yo no puse malas caras, ni me comporté mal. Al contrario, siempre con una sonrisa y buscando lo mejor para mí.

-Lo ha encontrado en el Getafe.

-Tuve varias ofertas, pero la primera opción era el Getafe. Me llamó el director deportivo y, luego, Bordalás, y yo ya tenía las ideas muy claras. Estoy muy contento y el camino recorrido hasta ahora es muy bueno.

-Décimos en la tabla, con 29 puntos, 12 por encima del descenso. ¿El objetivo ha pasado de la permanencia a Europa?

- El objetivo es mañana. Intentar ganar al Madrid y provocar su tercera derrota de la temporada. No se puede hablar del final del camino sin recorrerlo.

-¿Qué le pasó en el Bournemouth?

-Me mintió el club y el entrenador, Eddie Howie. No me quedé satisfecho con esa experiencia por las situaciones que me decían que luego no se hacían realidad. Me decían que me adaptaba bien al club, al equipo, al idioma... y luego no jugaba. En mi puesto llegó a jugar hasta un central o un lateral derecho. Cuando bajamos a la Championship tuve una buena oferta de Inglaterra. Era la oportunidad de mi vida y me dijeron que no, que sería una pieza importante. Al final me dejaron en el banquillo. Al verano siguiente vino la Real Sociedad y ya dije, una vez vale, pero por dos no paso.

-Tampoco ha pasado el ciberacoso que sufre desde hace dos años.

-Dicen barbaridades. Me llaman pederasta y violador, que tengo que ir a la cárcel...

-¿Por qué?

-Pregúntele a quienes contratan a los 'bots' para decirme esas cosas. No dejan a mi entorno tranquilo, a mi familia, a mi pareja… Parece ser que o me suicidio o intento suicidarme o pasa algo grave de verdad o las autoridades no hacen nada. Hay denuncias desde el primer momento que pasó esto. He tenido que quitarme las redes sociales. Sólo tengo Instagram para ver fútbol. Deberían controlar las redes para verificar quién está detrás de cada cuenta… Yo estoy muy tranquilo porque no he hecho nada. A mi hermano le dicen abusador de niñas. Todo mi entorno, familia y amigos, todos son de todo, pero como no corre peligro mi integridad física, como me han dicho, pues el Juzgado lo deja apartado. Igual cuando pase algo ya es tarde.