Las chicas se amotinan contra Vilda

Pero la alegría de las jóvenes internacionales choca con el ambiente de tensión que se respira en el patio de butacas. Allí se encuentra Jorge Vilda, seleccionador de la absoluta, en su primera aparición pública desde que trascendiera que un grupo mayoritario de sus jugadoras le han exigido que deje su puesto, poniendo patas arriba el fútbol femenino español. Vilda, con gesto sereno, participa junto a las que piden su cabeza en el pasillo a las campeonas sub-20, pero apenas las mira ni habla con ellas. La relación está rota. La selección femenina está rota.

En una secuencia cronológica de los hechos, el primer aviso de que se avecinaba tormenta lo dio Nerea Eizaguirre en una entrevista radiofónica el pasado fin de semana. La jugadora de la Real Sociedad criticó su ausencia en la pasada Eurocopa y que Vilda llevara, a cambio, a futbolistas que apenas habían jugado durante todo el año. Ya se cocinaba un motín que terminó por explotar a la llegada de las internacionales este lunes a la concentración en Las Rozas. Era su primer encuentro tras la Eurocopa, con dos partidos intrascendentes ante Hungría y Ucrania, pues España ya tiene sellado su billete para el próximo Mundial. Ese fue el momento elegido por las internacionales para pedirle a Vilda su renuncia. Fue en una reunión grupal dirigida por las capitanas, Irene Paredes, Patri Guijarro y Jenni Hermoso, y en la que también participaron a través de videoconferencia otros pesos pesados del equipo, ausentes en esta ocasión por distintos motivos.

En su exposición, las jugadoras enumeraron sus quejas principales: el bajo nivel de exigencia de los entrenamientos comparado con lo que viven en su día a día en los clubes; y la distinción tan marcada que hace el seleccionador entre titulares y suplentes, que en opinión de las futbolistas desmotiva a buena parte del grupo. «Si conviertes a tus amigos en tu cuerpo técnico estás abocado al fracaso, y eso es lo que está pasando», contaba una voz cercana a los jugadoras sobre lo que ocurre en las prácticas en el campo de entrenamiento. Entienden las jugadoras que falta un modelo más profesional y que con el potencial del equipo el crecimiento debería ser mucho mayor. Si no lo hay es porque alguien está poniendo un freno. Y ese alguien es Vilda, al que recuerdan también que llegó en 2015 al cargo y que ha cumplido un ciclo completo, Mundial y Eurocopa, sin que la selección haya dado ese gran salto adelante que sí es una realidad en las inferiores.

El seleccionador ya sabía del malestar de algunas incluso desde antes de la Eurocopa, pero no esperaba este enfrentamiento directo. Atendió las quejas y reiteró su negativa a dimitir. Ya este martes se ha ido reuniendo de forma individualizada con las 23 convocadas para testar mejor el sentir general del equipo. Al menos sabe de primera mano que el descontento no es unánime, porque varias jugadoras le han mostrado su apoyo. Los que le conocen bien aseguran que no lo está pasando bien, pero que se ve con fuerzas para afrontar este envite.

Mientras, desde la Federación trasladan que no entran a valorar o analizar debates internos de sus equipos relacionados con aspectos técnicos o profesionales. A día de hoy, la fotografía refleja un apoyo nítido de Luis Rubiales a Jorge Vilda. No está en el ánimo del presidente de la RFEF prescindir de un hombre al que renovó por dos años justo antes de la Eurocopa. Le considera válido para el puesto, y además leal. Hoy, durante el acto de homenaje a las sub-20, se refirió a él de forma explícita, pues además de seleccionador de la absoluta, Vilda es también el máximo responsable de los equipos femeninos de las categorías inferiores. «Recuerdo un día en plena pandemia en el que me llamó Jorge Vilda y nos pusimos a echar números porque se habían parado todas las competiciones y había que conseguir que los chicos y chicas de las inferiores se siguieran concentrando, juntándose y haciendo grupo. Otras selecciones no lo hicieron y creo que ahí puede estar una de las diferencias de por qué se logran estos resultados. Si se tiene a los mejores entrenadores, los resultados llegan. Estoy seguro que también llegarán en la absoluta».

Tras el acto de homenaje fue a José Francisco Molina al que se vio charlar con Vilda, ambos con gesto preocupado. Si los planes no cambian, Vilda tendrá que comparecer el jueves en la rueda de prensa oficial previa al encuentro ante Hungría. Si se siguen los protocolos, debería hacerlo con alguna de las jugadoras, que en estos días no han tenido aún ningún tipo de atención a medios, ni en la sala de conferencias ni de forma individual.

Lo que no se atreven a pronosticar en la Federación es cómo van a sucederse a partir de ahora los acontecimientos. En principio, confían en que Vilda consiga reconducir la situación, aunque la herida a estas alturas es muy profunda.