Luz verde para cortar cabezas

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Da pánico. Como decía Napoleón, la historia se repite. El Atlético copia los mismos pecados que cometió en la temporada 99-00, cuando traspasó a José Mari y Chamot en plena cuesta abajo, sin contratar a ningún jugador. Ahora, el equipo vive una falta de ... seriedad preocupante, se ha marchado Sinama y se espera el adiós de Maxi. Cerezo trabaja para fichar a Tiago y evitar esa trágica imitación del año 2000. El centrocampista del Juventus tenía previsto llegar anoche a Madrid.

Corren aguas turbulentas por el Manzanares. La relación de Sánchez Flores con algunos futbolistas es tensa y el ambiente agrava la falta de actitud que denuncia el técnico.

Quique critica tanta desidia

Enrique Cerezo subraya la indignación del universo rojiblanco: «Todos los atléticos sentimos vergüenza. El partido fue horrible. Los jugadores son los responsables. Tienen que ser capaces de reaccionar. La Copa era nuestro camino hacia un título y deben pedir perdón a la afición con un 4-0 al Recreativo».

Las palabras del presidente son la catapulta para que Sánchez Flores haga la revolución que el cuerpo le pide. Está molesto con la desidia de varios integrantes del plantel, en especial con Forlán y Antonio López. Su relación con el capitán no es buena, aunque el sábado salvara los puntos con su gol al Sevilla. No entiende lo que les sucede a Simao y Cléber, incapaces de dar un mínimo rendimiento. Ni comprende qué les pasa a Perea y Pablo, perdido su nivel competitivo en grado sumo. Maxi, a punto de marcharse, también lideraba sus enfados. Jurado no ha ofrecido el funcionamiento esperado. Y el accidente ha impedido a Pernía ser titular. Ahora, Pablo, Perea y el lateral argentino finalizan contrato y no se cuenta con ellos.

Cléber no aguanta insultos

El entrenador mantuvo ayer una dura reunión con su plantilla. Hora y media en la que dio rienda suelta a su denuncia de falta de compromiso. En la que todos se dijeron cosas a la cara. Subrayó que quien no se entregue no volverá a jugar con él. Pidió a sus profesionales que expusieran las razones de su desesperante nivel. El cuento de la presión de la grada no cuela. Los futbolistas admitieron su nulo rendimiento ante el Recreativo. Y explicaron a Quique su enfado por las acusaciones públicas del «míster». Una actuación que comenzó en Villarreal.

Finalizada la cumbre, algunos aficionados llamaron «mercenarios, sinvergüenzas» a los futbolistas cuando les pudieron ver. Cléber se revolvió ante los insultos. En esta tesitura, el plantel espera la lista que el técnico decidirá hoy para enfrentarse mañana al Valladolid. Quique suele actuar más que hablar.

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