Resumen y gol del Valladolid 0 - Barcelona 1
El Barça gana con muy poco
Un solitario gol de Vidal permite a los azulgranas seguir metiendo presión al Real Madrid
Así fue el gol de Arturo Vidal en Valladolid
Crónica
Tremendo calor en Valladolid, 33 grados . Yo no sé si así se pude jugar al fútbol ni hacer nada. Las 19:30 era una hora definitivamente escasa para compensar los rigores del durísimo calor castellano. El Barcelona de amarillo, ese color en Cataluña, ... era la metáfora de todas las batallas perdidas. Riqui Puig, titular . Setién, en camiseta. A mí no me ofenden las camisetas, pero cuando eres un hombre importante hay que ir con cuidado si vas en camiseta, porque si fracasas, de repente te encuentras siendo no más que un tonto «en camiseta». El Valladolid, con cuatro detrás, vikinga barba la que su entrenador, Sergio González, se había dejado. Pitaba Mateu que no vio un pisotón a Arturo Vidal que por lo menos era falta. Más cómodo el Barcelona que los pucelanos aunque tal comodidad no acababa de concretarse en nada. A Messi le había crecido un poco su último y horrible corte de pelo y ya no parecía tanto un delincuente. Lo que el Barça intentaba estaba bien pero no servía de nada. Lo que el Valladolid defendía no era gran cosa, pero resultaba eficaz, suficiente. Al cuarto de hora marcó Arturo Vidal, otra metáfora de lo que el partido era: es decir, el Barça estaba mejor que el Valladolid pero el argumento era un jugador como el tal Vidal. Y luego decimos que la culpa es del VAR. Griezmann en el 19 remató como un impedido y volvió a recordarnos que lo de Villarreal fue un espejismo y que nunca el Barcelona tendría que haberle fichado. Justo en aquel instante vi por internet una inquietante imagen del abogado personal de Bartomeu, José Ángel González Franco. ¿Por qué será? ¿Existen realmente las casualidades?.
El Valladolid es un equipo simpático y perteneciente a una ciudad y
que más ilusión no puede hacerme. Gran elegancia, gran clase . Grandes vinos. Gran Mariano García. Yo podría agotar mis días bebiendo sólo Mauro. Pero el equipo de fútbol da para lo que da, tiene los recursos que tiene, y aún así tuvo sus ocasiones, dejó al desnudo la pésima defensa azulgrana y francamente Piqué, si quiere jugar a los títeres con Tebas, tendría antes que revisar su actuación como profesional , porque últimamente no da ni para suplente del Ceuta, A mí la arrogancia, la vanidad y una cierta chulería nunca me han molestado, pero siempre que haya alguna calidad que las sostenga. Messi estaba y no estaba, jugaba Riqui y no se notaba, Griezmann continuaba justificándose sólo a través de las comisiones de su fichaje –por su juego, nada– y Ter Stegen respondía con su acierto de casi siempre pero sin duda le acompañaba la suerte de la torpeza local.
Mal Griezmann
Suárez entró por Griezmann, fue un cambio compasivo, para que el francés dejara de humillarse. Tal vez fue la peor primera mitad que jamás había jugado un jugador en el Barça. Messi estaba impreciso, aunque en realidad estaba cansado, porque ha jugado los 8 partidos y enteros tras en confinamiento. Tengo la mayor de las simpatías por los que quieren jugarlo todo y siempre, pero hasta en el ansia competitiva que mueve el mundo y el capitalismo, y que yo tanto aprecio, tiene que haber el punto de inteligencia que nos permita continuar vivos más tiempo. El Valladolid aprovechaba los regalos defensivos del Barça y todo empezaba a parecerse demasiado al partido de Baladíes. El Barcelona jugaba al pie pero el jugador que recibía estaba siempre parado: poca velocidad, muy lento. Rakitic entró por Riqui y Araujo por Lenglet . El equipo se volvió aún más aburrido, el Valladolid continuaba llegando, y Ter Stegen tenía que lucirse para evitar el empate: casi lo consigue, de cabeza, Ünal.
Qué largos se la hacen los partidos al Barça, qué poco capaz era de controlar el partido, qué lastimosa indigencia ante un equipo que no tenía ni asegurada la permanencia. Piqué le reclamó un penalti a Mateu, que no era, riéndose con el victimismo de los que creen que la culpa de lo que les ocurre es de los otros. Pero el que vio la amarilla fue Alba , en su tradicional y asburdísimo pique con el colegiado: menuda colección de cantamañanas. Suárez, el pobre, lo intentaba, pero parecía la luz intermitente de la reserva del depósito de gasolina. Lamentable asilo azulgrana, el Valladolid atacaba y el Barça se defendía como un hámster. Con poco bastó de todos modos, o mejor dicho: con muy poco. Ter Stegen puso el punto de pausa que sus geriátricos compañeros necesitaban y los locales no tenían ideas para más, ni en cualquier caso recursos de ningún tipo para realizarlos. Lo mejor que hizo el Barça en los minutos finales fue aceptar, conectar con sus clamorosas limitaciones, y que por lo menos no le devastaran.
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