Una categoría en ruinas

El equipo balear, que este domingo ha salido goleado en su visita al Sant Andreu (6-0), ha visto como más de la mitad de su plantilla ha abandonado la isla harta de no cobrar. El resto lo hará en las próximas horas. A pesar de la oposición de la directiva del Sporting Mahonés, los futbolistas que aún le quedaban pidieron jugar en Barcelona frente al Sant Andreu antes de hacer las maletas.

Pese al supuesto interés de un grupo inversor italiano, el Sporting Mahonés no ha podido aguantar más las penurias económicas. Para el próximo partido de Liga —el 29 de enero ante el Orihuela— ya no tendrá jugadores y sumará su primera incomparecencia. El siguiente duelo ante el Valencia Mestalla supondrá su entierro ya que, como marca el artículo 77 del código disciplinario, perderá la categoría y descenderá a Tercera. Si el 30 de junio no ha pagado a sus futbolistas, sufrirá un nuevo descenso a Regional.

Asfixia económica que contrasta con la gestión de los dirigentes del equipo rebelación en la Copa del Rey. Con un poco más de un millón de euros de presupuesto, el Mirandés busca meterse en las semifinales del torneo después de dejar en la cuneta al Villarreal y Racing. El club burgalés, líder del Grupo II, está al día en los pagos a sus futbolistas y limpio de deudas con Hacienda y la Seguridad Social.

Al norte de Miranda de Ebro, el escenario no es tan idílico para la plantilla de la Sociedad Deportiva Lemona, que ocupa puestos de descenso en el Grupo II de Segunda División B . A principios de este mes, sus jugadores comparecieron públicamente para denunciar que el club vizcaíno les adeuda las mensualidades correspondientes a la actual temporada. No hay dinero ni para disponer de material sanitario.

Situación insostenible para algunos futbolistas que, además de no cobrar, se dejan un buen puñado de euros todos los meses para desplazarse a los entrenamientos.

Hay más casos. Los jugadores y el cuerpo técnico del San Sebastián de los Reyes , del Grupo I de Segunda B , han denunciado esta semana que el club les adeuda las últimas tres mensualidades y las retribuciones de la temporada anterior a gran parte de la primera plantilla, situación que podría desembocar en el descenso.