Constantin, el azote de la UEFA

Constantin se ha convertido con este caso en el azote de Platini y hace temblar a los máximos dirigentes del fútbol europeo. El presidente del Sion ha roto las reglas de la UEFA al acudir a la justicia ordinaria y no aceptar que el conflicto se resuelva en el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Héroe para unos por enfrentarse a la todopoderosa UEFA, villano para otros por poner en peligro el futuro de las competiciones continentales, Christian Constantin es un presidente excéntrico.

Constantin, un arquitecto que tiene el fútbol como hobby, fue portero del Neuchatel Xamax, equipo de la Primera división suiza. Después de colgar las botas decidió seguir vinculado con el fútbol y accedió a la presidencia del Sion en 1992. Una primera etapa que se prolongó hasta 1997 en la que su equipo ganó una liga y tres copas. En el año de su despedida ya se enfrentó a la UEFA , que tuvo que ordenar un «replay» en una eliminatoria ante el Spartak de Moscú. El motivo: el larguero de una de las porterías del estadio del equipo ruso estaba ocho centímetros más baja de lo que marca el reglamento.

Después de generar al Sion una cuantiosa deuda y tras unos años sabáticos, volvió a la presidencia del club en 2003 . Desde entonces, los escándalos se han sucedido. El más sonado ocurrió en 2004, cuando pegó una patada en los testículos a un asistente por el enfado que le provocó una decisión arbitral. Este caso le costaba dos años y medio de sanción, pero Costantin optó por la misma estrategia que mantiene ahora con la UEFA y llevó a la Federación Suiza ante los tribunales ordinarios. La sanción se redujo a cuatro meses.

Los entrenadores tampoco están a salvo de los caprichos de Constantin. Desde 2003, 20 técnicos se han sentado en el banquillo del Sion. Uno de ellos fue despedido en el descanso de un partido por no haber alineado el equipo que le recomendó el presidente. Incluso en un par de ocasiones se ha nombrado a sí mismo entrenador del equipo.