«Una patada me cambió la vida»

Pero una persona positiva, como Raúl, convierte sus problemas en retos, nunca en obstáculos. «He tenido la suerte de tener a la familia y a los amigos arropándome y, luego, hay que echarle valor y no venirse abajo», explica para desvelar de dónde ha sacado fuerzas. Y dos de esos amigos son Guillermo Cruz y Raquel Sotillos , que se han embarcado con él en un ambicioso proyecto. Alternan las charlas a jóvenes futbolistas para que vean en sus palabras el mayor ejemplo de adónde conduce la violencia con la grabación de un documental sobre cómo le ha cambiado la vida por culpa de aquella fatídica patada.

El polifacético Clive Staples Lewis escribió hace casi un siglo que «las dificultades preparan a personas comunes para destinos extraordinarios». Y esto es lo que ha sucedido con Raúl. «Quiero que la gente vea de primera mano cómo le cambia la vida a una persona con movilidad reducida. Y cómo canalizamos esa rabia en algo positivo. Por eso tratamos de concienciar de las consecuencias que puede tener la violencia».

Como todo duelo, atravesó una serie de procesos: el de negación, el de ira, el de negociación, el de depresión y el de aceptación. Ahora vive el de superación. El futbolista lo explica en primera persona: «Al principio me tiré mucho tiempo en casa, no podía trabajar ni podía hacer nada. Empecé a ver en las noticias cada vez más actos violentos en deportes y decidí hacer algo porque esos no son los valores de superación, compañerismo, compromiso, solidaridad... que se deben transmitir». Así surgió la idea de las charlas: «Quiero que vean que la violencia tiene sus consecuencias irreparables. Yo no voy a recuperar movilidad, ni mi vida anterior. Una acción de una persona te convierte en dependiente. Necesitas que te hagan la comida, que te vistan, que te aseen... Yo me he tenido que cambiar de piso...». Y explica: «Ser dependiente te hace sentirte en deuda con la gente que te ayuda, así que decidí cambiar mis estudios y en lugar de una ingeniería me decanté por trabajo social».

Sus charlas también tienen consecuencias. «Los chicos se quedan muy sorprendidos. Están con la cabeza baja, muchos no se creen ni entienden que haya podido pasar esto. Una madre me comentaba que un chaval estaba muy afectado cuando vio mi caso. Dos semanas antes le habían sancionado con seis partidos por una pelea y no le salían las palabras». Raúl ya tiene una lista de clubes en espera que quieren escucharle. Lo combina con la rehabilitación diaria. «Les digo que tienen que disfrutar, que es un deporte y tienen que tomárselo como tal. Tienen que competir, pero el contrario es un rival, no un enemigo. El deporte sirve para unir». Es la base de su discurso.

Con el eco del incidente en Mallorca aún retumbando, Raúl apunta a una de las claves: la formación de los padres porque «son el espejo en el que se reflejan los niños». «Cuando yo era crío había niños que no querían que su padre fuera a verles jugar. Los padres deberían recibir charlas de educación. Hay niños a los que equipos grandes no los han fichado por cómo son los padres. Que un equipo grande no contrate a tu hijo por tu comportamiento es para mirárselo...», lamenta.

Ahora está grabando un documental autobiográfico sobre la violencia. El «teaser» puede verse YouTube . «El secreto del cambio es enfocar toda tu energía no en luchar contra lo viejo sino en construir lo nuevo», aseguraba Sócrates. Raúl añade: «Mi satisfacción es que la gente vea que la violencia tiene sus consecuencias y si mi ejemplo sirve para que no vuelva a suceder, al menos es gratificante y me llena».