Messi, en nombre del Barça

Le nombró Ronaldo, el ex futbolista de goles memorables, y lo primero que hizo Messi fue abrazar a Xavi , a quien le debe buena parte de lo que es porque en Argentina no encuentra socios tan brillantes. Por tercer año consecutivo, habló el campeón: «Éste es muy especial y lo quiero compartir con mi amigo Xavi. Es la cuarta vez que estamos juntos en esta gala y vos lo merecés igual. Es un placer estar a tu lado en la cancha», resumió el argentino con su inalterable acento de Rosario, poco ágil en los parlamentos. «Ha sido un grandioso detalle. Tenemos muy buena relación, pero no me lo esperaba. Dice mucho de lo buena gente que es, eso es más importante que ganar», le agradeció su compañero.

Messi goleó en la votación —47,8 por ciento, por el 21,6 de Cristiano Ronaldo, ausente, y el 9,2 de Xavi— y amenazó con volver en el futuro para felicidad azulgrana. El barcelonismo presume hoy de ser el club con más Balones de Oro de la historia , catapultado con nueve y por delante del Milán y el Juventus, ambos con ocho. Es la cosecha de una era colosal en donde los trofeos dignifican las formas de Guardiola y su manera de entender el fútbol. «Es un orgullo. El trabajo de 30 años en La Masía. Es fantástico ver que los mejores son los nuestros», exclamó Sandro Rosell, un presidente satisfecho.

Decía Andoni Zubizarreta, director deportivo del Barcelona, que Messi tiene palmarés de jugador retirado, estiradísimo su currículum a la espera de que algún día gane algo grande con una Argentina que no le cuida tanto. Platini, el único que también ganó tres premios del tirón, tenía 30 cuando se llevó el tercero, Van Basten contaba 28 y Cruyff, 27. «Le veo retirándose en el Barcelona. Para mí es el más grande de la historia, pero lo es gracias a los otros. Sin Xavis o Iniestas, seguramente no lo sería», expuso Rosell. «No me lo imagino fuera de este ámbito», intervino Zubizarreta. «Leo es único», recordó Iniesta. Todo piropos para el dueño de las portadas de hoy, amor eterno entre el club y el delantero.

Como con Pep Guardiola , también generoso cuando subió al estrado como mejor entrenador —42 por ciento, por delante de Ferguson y Mourinho, con el 15,6 y el 12,4 respectivamente— para acordarse de Tito Vilanova. «Va por ti, chico», dijo en catalán. En el Barça todo son flores.