Ibiza 1 - Barcelona 2
El Barça pasa por los pelos
Griezmann, que anotó un doblete, salva a los suyos en el último suspiro después de empezar perdiendo
Crónica
Ir a Ibiza es siempre una alegría salvo en enero y para jugar al fútbol. Los locales marcaron en su primer ataque: Josep Caballé en el minuto 9. Bochornosa pasividad defensiva de Riqui Puig , que si tantas oportunidades pide, tendría que aprovechar las ... que se le dan. En la grada se oyeron gritos de “sí se puede”, completamente indignos de una isla que es una de las más caras y formales del mundo. ¿Cómo que “sí, se puede”?. No señor. Aquí no “se puede”, aquí se tiene, y se tiene mucho, y está muy bien. Yo este lamentable cántico lo grito en verano, saliendo de Nobu, de Heart o de Cipriani y cualquiera que me oiga llama, y con buen criterio, a la Guardia Civil.
El Ibiza empezó con fuerza, llegó a marcar un segundo gol pero que el árbitro anuló por falta clara; y el Barça de las rotaciones naufragaba concretamente en Griezmann como delantero centro, y en general en una posesión retórica, contemplativa, sin ninguna profundidad, los ataques siempre estáticos y no aportaron absolutamente nada. En el minuto 26 el Barça no había aún chutado a puerta. El Ibiza, 15% de posesión; el Barcelona, el 85%. Tener el balón no sirve de nada si no sabes qué hacer con él. Setién se impacientaba, se levantaba, resoplaba. Primeras inquietudes. Quedar eliminado de la Copa de Rey y contra el Ibiza es justo lo contrario de lo que esperaban los que le ficharon para obtener resultados inmediatos. Esto no es culpa del míster, pero mientras estén Bartomeu y su banda, cualquier entrenador del primer equipo tiene que saber que nadie en el club va a defenderle, y sólo le usarán como pararrayos o carnaza para continuar aprovechándose del tinglado en el que han convertido la entidad.
El Ibiza tuvo una doble ocasión en el 40, pero primero el palo y luego Neto evitaron el 0 a 2. Los de Pablo Alfaro estaban pasando materialmente por encima de un Barça académico pero ineficaz, al que se le notaba demasiado la pereza que le daba el partido, la eliminatoria e Ibiza en enero. Bajo los intolerables gritos de “sí se puede” -otra vez- llegamos al descanso. Lo normal era que el Barça remontara de cualquier manera aquel partido, pero los jugadores se fueron cabizbajos, como vencidos, como si realmente no pudieran dar más.
Quique Setién no hizo cambios en el descanso y mantuvo por lo tanto a los 11 que durante el primer tiempo no crearon ni una sola ocasión, ni siquiera un disparo. Griezmann de 9 es un desastre y el Barça naufragaba con la pesadumbre de quien sabe que está haciendo el ridículo y aunque quiere no puedo evitarlo. Hay algo terrible de Setién -y que conste que tengo por él una enorme admiración y simpatía- y es que ayer dirigió a su equipo en chándal, esa horrenda prenda que no tendría que ponerse nunca nadie, pero mucho menos para invocar el espíritu de Cruyff. Esto Johan no nos lo hizo nunca. Neto se medio lesionó pero quiso continuar; el Barcelona jugaba peor que en la primera mitad y el primero en marcharse fue Carles Pérez , sustituido por Alba. En el 61, tras una hora de partido, primer chut del Barça, Ansu mediante, que fue el único jugador que interpretó correctamente la profundidad y ya de paso el orgullo de lo que significa jugar en el Barça.
El Ibiza gestionaba el partido a la perfección. Controlaba el ritmo y sabía lo que tenía que hacer. En el Barça todo era apatía, inercia, sin ningún indicio de rebeldía personal ni colectiva. Arthur sustituyó a un fracasado Riqui Puig. De Jong y Griezmann -buena asistencia, buen remate- empataron en el 72. Precisa jugada, lo único presentable del Barça hasta aquel instante. Arturo Vidal sustituyó a Rakitic. Un Ibiza perjudicado por el gol y cada vez más cansado se iba encontrando con su realidad de equipo menor, y el Barça, aunque sin ninguna grandeza buscaba espacios y los encontraba. Al final en el descuento Griezmann marcó el segundo y la Cenicienta se volvió rata como diciendo “ya nos veremos en verano, que es cuando yo voy a Ibiza”.
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