La Roja amaga pero no golpea

La Roja genera más fútbol que goles. El problema no es nuevo y se manifestó incluso en el Mundial de Sudáfrica . España fue netamente superior a todos sus rivales, pero a ninguno consiguió endosarle una goleada. Hasta con la débil Honduras (2-0), en el único encuentro que la Selección solventó por más de un gol de diferencia en la cita mundialista, quedó patente una falta de contundencia que en el traspié contra Suiza a punto estuvo de desencadenar la fatalidad.

Esta carencia, antes enterrada por una sucesión de históricos triunfos, aflora ahora coincidiendo con el descenso en el rendimiento de los que desde hace ya un lustro son los puntales en ataque del equipo, David Villa y Fernando Torres . El jugador del Chelsea es hace tiempo el blanco de muchas críticas y no ha vuelto a ser el mismo potro indomable que maravillaba en el Liverpool antes de la lesión de rodilla que puso en duda su participación en el Mundial. En lo que va de temporada solo ha marcado dos goles con el Chelsea y la paciencia de la afición comienza a agotarse con él. Del Bosque sigue apoyándolo públicamente y alineándolo, pero su presencia en el once en competición oficial se antoja cada vez más insostenible, máxime teniendo en cuenta lo fiable que se revela F ernando Llorente cada vez que pisa el césped. El caso del asturiano es más reciente, pero el hecho de que no vea puerta lo está pagando un equipo que nunca ha tenido como su principal baza la pegada. En lo que va de temporada solo acumula tres dianas, muy lejos de sus registros habituales. Si Villa no ve puerta la estadística goleadora de la Roja se resiente sin remedio. En cualquier caso, la prolongada trayectoria asesina del guaje lo hace indiscutible. Tarde o temprano, Villa volverá.

La cuestión capital para el seleccionador es devolver al fútbol de España la profundidad. El asunto del gol es también consecuencia de que el equipo ha perdido recursos ofensivos y ya no tira de soluciones como abrir el campo percutiendo por las bandas. En este sentido ha influido también el descenso en el rendimiento del barcelonista Pedro o del sevillista Jesús Navas . La duda es si seguir esperando a Torres, si dar entrada en su lugar a Llorente o si prescindir del segundo delantero para incluir un «jugón» más, probablemente Cesc, que brilla cada vez que juega con el Barça , en la medular, una fórmula con la que la Roja siempre ha desarbolado las defensas rivales, pero a la que no recurre demasiado.