Dani Güiza, una leyenda que no tiene fin

Club familiar, el Atlético Sanluqueño no solo se esfuerza por dar a sus jugadores lo mejor en el plano deportivo, también en el personal y el club presidido por Miguel González Saborido se afana en cuidar a sus jugadores y muy especialmente a sus iconos. El último gesto de "la Leti" ha sido dedicar el cartel del partido de este domingo frente al filial de Las Palmas (12.00 horas) a Dani Güiza , un jugador que a sus 40 años no se cansa de dar guerra , convirtiéndose en un motor dentro del vestuario y también en el césped en los encuentros en los que Romerito le da minutos. Un precioso cartel en el que el último pichichi nacional de Primera división aparece con la camiseta de su actual club, pero también con la del resto de los equipos por los que ha pasado a lo largo de su carrera. No falta tampoco su imagen con la camiseta de la selección nacional, con la que el jerezano conquistó la Eurocopa a las órdenes de Luis Aragonés . Un bonito detalle que demuestra la calidad no solo deportiva, también humana, de una entidad como el Atlético Sanluqueño, un ejemplo en el fútbol modesto.

Dani Güiza (Jerez de la Frontera, 17 de agosto de 1980) continúa teniendo ganas, muchas ganas, de disfrutar del fútbol, aunque sabe que la despedida de los terrenos de juego se encuentra cada vez más cerca. Idolatrado en Sanlúcar de Barrameda , donde lleva tres temporadas defendiendo a su equipo, el delantero se sigue viendo con energías y fuerzas para continuar corriendo con el balón. Un jugador que desea seguir poniendo en apuros a las defensas rivales como lleva haciendo desde que debutara con 18 años en el Xerez en su primera temporada en Segunda B. Dani Güiza no se cansa y quiere seguir dando guerra.

El delantero, un jugador que se proclamó Pichichi de Primera división con el Mallorca en la temporada 2007-08 (27 tantos), es ahora feliz disfrutando del fútbol de Segunda B en Sanlúcar, donde se ha convertido en una referencia para una plantilla de jóvenes jugadores que pueden disfrutar de la magia que aún conserva en sus botas. Su gran deseo es ahora ayudar a sus compañeros a dar el ansiado salto a la división de plata. Un sueño más vivo que nunca.