El Barça hace cumbre

Salió el partido limpio y noble, descafeinado por las circunstancias si se tiene en cuenta que discutían dos de los equipos con más gusto por el balón del planeta . Al Barcelona le alegró la noche Thiago, un futbolista con tan buenas maneras como descaro, líder de un centro del campo irreconocible porque tenía como socios a Keita y Mascherano. Busquets retrasó su posición para acompañar a Piqué en el eje de la zaga y Afellay apareció otra vez desde el principio, discreto hasta ahora el holandés porque todavía no ha dicho prácticamente nada como azulgrana. En la misma línea anduvo el equipo en el primer acto, siempre quejoso cuando hay parón y media plantilla emigra para defender banderas . Al Barça se le exige ritmo porque juega más rápido que nadie y hasta que no pasó por la caseta parecía indolente, conforme con lo que le planteaba el Villarreal aunque fuera Valdés la mejor noticia azulgrana con dos intervenciones de mérito para minimizar el arranque efervescente de Rossi. Genial portero.

A medida que el Barcelona se encontraba, fue menguando su rival, a quien ni siquiera le agitó la entrada de Nilmar. La Liga murió en el minuto 66, trascendental Piqué porque ayer no era el día de los delanteros. El central, ansioso por buscar el área que no defiende, cazó un balón en un córner y en la esquina se festejó algo más que tres puntos porque el Barça tiene ocho de ventaja con 24 por disputar. Sin prisas, el líder dominó la situación con autoridad y se quedó corto en el marcador, la única pega que se le puede reprochar porque empieza a ser una constante. Por suerte, siempre estará Valdés, angelical con un paradón a remate de Cazorla que vale tanto como el gol de Piqué.