El Zaragoza se hunde sin remedio

Desde ese momento, el Zaragoza apenas se vio en Europa y mucho por los puestos de descenso. Prueba de ello: el año en Segunda en la temporada 2007-08 a pesar del histórico desembolso que se realizó en el club (Matuzalem, Ayala, Oliveira). Sin duda hizo mucho daño económico, pues los derechos televisivos se vieron seriamente mermados. Pero también entre el aliento de la afición que, sin embargo, siguió apoyando hasta su vuelta a la máxima categoría. Sin pena ni gloria pasó la campaña 2008-09 y con un final de infarto se vivió la 2009-10, decidiéndose la permanencia en la última jornada .

Este curso comenzó como todos, con la ilusión de quien estrena jugadores y un nuevo año que haga olvidar todos los anteriores. La derrota por 0-6 ante el Real Madrid no hizo mella de tan esperada que era. Pero ya antes del parón navideño, el Real Zaragoza vuelve al que ya se considera su sitio, el descenso.

Dos victorias, cuatro empates y nueve derrotas . Apenas 12 goles a favor y 29 en contra. Cifras que la grada ya no soporta, pero a la que ni siquiera sorprende ya. Mucho tiempo esperando la solución que no llega. Y con una visión de futuro que no predice nada nuevo.

Esta mañana, el club presentó sus cuentas ante los accionistas. Aunque sumido en una Ley Concursal, las cifras ascienden a una deuda de 145 millones de euros , casi doce millones más que la temporada pasada. A pesar de todo Agapito Iglesias, máximo accionista con el 92% del equipo , niega que el Zaragoza esté en quiebra técnica: «Existe una deuda grandísima y tenemos que acomodarnos a la nueva situación», ha explicado y añadió también que se debe arropar a los jugadores y tratar de completar la plantilla en enero con «fichajes que vayan a funcionar ».

Desde que se hizo encargado del club por el vestuario del Zaragoza han pasado casi 40 jugadores que han impedido que se trabaje desde la base un proyecto con sentido y con fundamento. Los futbolistas vienen y se van, pero no hay nadie que lleve las riendas con la decisión que se debería. La afición, más que harta, pidió entre silbidos el pasado domingo la dimisión inmediata de Iglesias, incluso una parte de los hinchas le esperaron a la salida del estadio , pero el máximo accionista salió por una puerta trasera.

Iglesias insiste en que no sería problema irse del club, pero lo quiere hacer con garantías, cuando se haya salido de la Ley Concursal, para que haya cierta continuidad para el equipo. Lo cierto es que tampoco tiene en mente la de venderlo, única solución factible que podría tener la ya muy deteriorada estructura zaragocista. «Si vendemos ahora voy a perder todo el dinero invertido», declaró. Y así, la situación no puede ser peor. Aguirre no funciona, pero no se le puede echar por falta de dinero . Tampoco muchos de los jugadores. Y entre los aficionados ya no cunde el desconcierto ni la preocupación, sino la desidia y la resignación.

A pesar de las palabras de Iglesias: «El club camina en la dirección correcta para intentar alcanzar un resultado positivo», lo cierto es que la hinchada más dura con su equipo de toda la Primera división está muy cansada, tanto, que ya ni para llorar tienen lágrimas. El barco se hunde, y solo queda recordar que un día fueron grandes, y esperar a que una ola acabe de enterrarles. Solo así podrá el león resurgir.