Un boquete en la portería de Oblak

Los del Valencia y el Barcelona, sus dos últimos partidos en la Liga, ejemplifican el agujero en la portería y la debilidad defensiva que está pasando factura esta temporada al Atlético de Madrid. Los dos disparos a puerta del conjunto de Mestalla en el duelo del Metropolitano acabaron en la red, aunque los de Simeone terminaron remontando (3-2), y en el Camp Nou hubo pleno de goles del conjunto azulgrana en sus cuatro tiros entre los palos. Oblak , el portero de los milagros y las intervenciones imposibles, no sumó ni una sola parada, una tónica que, extrañamente, se viene prolongando durante toda la temporada. Según los datos de BeSoccer Pro , el esloveno, con un 49.15%, es el meta de la Liga española que menor porcentaje de paradas muestra por tiro recibido. Tampoco hay otro portero con peor estadística en la Premier, la Serie A, la Bundesliga o la Ligue 1.

Oblak, uno de los capitanes del equipo y con contrato como rojiblanco hasta junio de 2023, jamás había recibido tantos goles en la Liga como en la presente temporada, en la que ya suma 30 tantos en 22 partidos. En la derrota ante el Barcelona, el esloveno superó su peor registro como portero del Atlético en el campeonato nacional, las 27 dianas que le marcaron en la campaña 2018-19, una cifra que volvió a repetir en la siguiente.

A lo largo de su estancia en el club rojiblanco, Jan Oblak , que se convirtió en el guardameta más caro hasta entonces en el fútbol español cuando el Atlético pagó por él 16 millones de euros al Benfica, ha ido agigantado su figura ante los delanteros rivales, pero está temporada parece haberse contagiado del tono gris de su equipo, quedando señalado en goles como los recibidos en el Coliseum ante el Getafe o en la visita al Cádiz.

Pilar fundamental en anteriores temporadas y decisivo en numerosos partidos con manos y estiradas que parecían imposibles, Oblak , al igual que el Atlético de Madrid, no muestra el mismo nivel que en años precedentes. En el último partido del campeonato nacional, el Barcelona disparó ocho veces y las cuatro que fueron entre los tres palos acabaron en celebración. En el Camp Nou, el esloveno, por primera vez, recibió cuatro tantos en un encuentro de Liga . Una cifra que en sus ocho temporadas como guardameta colchonero solo había sufrido antes en dos ocasiones: en la fase de grupos de la Champions de la temporada 2018-19 contra el Borussia Dortmund (4-0) y ante el Bayern Múnich en la campaña 2020-21, que terminó también con el mismo resultado (4-0).