El boom del portero payaso

Hasta tal punto que en la previa de la última final de la Champions League, el Liverpool, un histórico del fútbol inglés y europeo, preparó la posibilidad de que el título se decidiese en los penaltis a través de la neurociencia . Con electrodos y sensores conectados a sus futbolistas en los entrenamientos, una empresa analizó áreas del cerebro que participan en la toma de decisiones de sus futbolistas. El objetivo, crear rutinas a nivel inconsciente y ayudar generar las emociones necesarias que lo faciliten.

Sin embargo, no hace falta ir tan lejos para encontrar formas de mejorar el rendimiento en los penaltis. O más bien de afectar al del rival, pues suelen ser los porteros los que más recurren a estas tretas para nivelar una suerte en la que, según la estadística, quien chuta el balón tiene todas las de ganar. Los desafíos visuales, sonrisas o cruces de palabras, actuaciones que desconcentren al oponente y faciliten el objetivo final, son habituales.

El último caso lo ha protagonizado un australiano, Andrew Redmayne , que este lunes se convirtió en el héroe de su selección, al darle el triunfo en la decisiva tanda de penaltis frente a Perú, con un billete para el Mundial de Catar en juego. El portero del Sidney FC, un desconocido para el gran público que nunca compitió fuera de su país y que sólo disputó la tanda, fue el gran protagonista de la eliminatoria con sus extraños bailes antes de cada lanzamiento . Una actuación a base de saltos y pasos descoordinados que tuvo éxito: Advíncula mandó su penalti al palo y ya en la muerte súbita Redmayne detuvo el tiro decisivo a Valera para enviar a su selección al grupo D del Mundial. Allí se la jugará con Dinamarca, Túnez y la vigente campeona, Francia (con quien debutarán el 22 de noviembre).

El ejemplo más salvaje en cuanto a intentos de desestabilización lo protagonizó contra Colombia el argentino Damián Emiliano 'Dibu' Martínez en las semifinales de la última Copa América. El portero del Aston Villa, titular tras contagiarse de coronavirus su compañero Franco Armani, consiguió sacar de quicio con sus palabras a los lanzadores rivales hasta el punto de frustrar tres de sus penaltis. Sus víctimas fueron Davinson Sánchez, Yerri Mina y Edwin Cardona. «Mira que te como hermano», «¿Estas nervioso, eh? Te la tapo eh, mira que te conozco» o «No lo tires, no lo tires... ¿estás cagado?» fueron solo algunas de las frases que el guardameta espetó a sus rivales, ya de por sí afectados por la responsabilidad del momento.

La conducta del internacional argentino, que puso la rúbrica a su 'show' con un obsceno gesto final, recibió muchas críticas, pero él se defendió argumentando que simplemente se trató de un juego psicológico. Una forma de actuar que, en efecto, volvió a emplear después en la Premier League, en un penalti del Manchester United contra su equipo que también acabó en fallo.

El primer portero que se hizo célebre en la élite del fútbol por hacer el payaso frente a su oponente con la intención de afectar a su concentración fue Bruce Grobbelaar . El portero sudafricano del Liverpool se hizo célebre por su actuación en la final de la Copa de Europa de 1984, en la que su equipo logró nada menos que arrebatarle el título a la Roma en un partido disputado en el estadio olímpico de la capital italiana.

Entonces el triunfo de los 'reds' se decidió en la tanda de penaltis tras el 1-1 con el que terminó el tiempo reglamentario. Ahí el Liverpool fue muy superior inclinando el duelo a su favor por 4-2, con un papel fundamental del portero. Sus extraños movimientos, desde morder la red, saltar de forma extraña hacia el larguero o caminar como si le fallasen las piernas, dieron sus frutos. Conti y Graziani fallaron sus lanzamientos, la fama de Grobbelaar creció como la espuma y el conjunto inglés logró su cuarto título europeo.

Aquella célebre actuación, bautizada como «spaghetti legs», piernas de espagueti, tuvo su eco años después, en 2005 en Estambul, en otra final del mismo torneo que disputó el Liverpool. Entonces fue el polaco Jerzy Dudek el que recurrió a unos extraños movimientos para agitar las mentes de los lanzadores del Milan.

El equipo entonces dirigido por Rafa Benítez logró remontar en el tiempo reglamentario un 3-0 de los italianos, dirigidos desde el banquillo por Carlo Ancelotti. Y Dudek puso la guinda a una de las grandes gestas de la Champions con un recurso no muy habitual pero bien conocido en su club. Un extraño bailecito que pudo desconcertar a dos lanzadores de la talla de Andrea Pirlo y Andrei Shevchenko y aupó a los británicos a un nuevo título.

Curiosamente, cuando la peculiar actuación frente a Perú de Andrew Redmayne vuelve a poner de actualidad esta figura del portero payaso o provocador, el fútbol aprueba entre sus nuevas normas una que pondrá aún más difícil a los guardametas la suerte del penalti. A partir del próximo 1 de julio tendrán que intentar evitar el gol con los dos pies sobre la línea en el momento del lanzamiento. Pero la norma, eso sí, no dice nada sobre los movimientos previos al tiro.