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Champions League

El mejor tridente conduce a Berlín

El Barça, impulsado por sus delanteros y dos goles de Neymar, llega a la final de la Champions pese a caer en Múnich

El mejor tridente conduce a Berlín AFp

Luis Buxeres

Inmensa. Histórica. Preciosa. Anciana. La Puerta de Brandeburgo ya aguarda la llegada del Barcelona, sano y salvo en Múnich, que jugará de nuevo la gran final de la Liga de Campeones. Será el 6 de junio. Y lo hará después de completar unos cruces espectaculares, en los que han derrotado a Manchester City, París Saint-Germain y Bayern con una autoridad sublime. [Así hemos narrado el Bayern Múnich-Barcelona ]

La última etapa antes de sacar el billete a Berlín pasaba por el Allianz Arena, en pie de guerra para lograr una remontada imposible. Hubo un tiempo en el que jugar en Alemania era un infierno. Ya no. Destripó el mito el Madrid hace un año y lo remató el Barça ayer, a pesar de la derrota. El infierno duró un cuarto de hora, lo que tardó Messi en citarse con la pelota, conectar con Luis Suárez y culminar Neymar otra maravillosa jugada del tridente azulgrana. El gol trituró las esperanzas de los de Guardiola y apagó el fuego con la misma facilidad que una dotación de bomberos apagaría una chimenea.

Estaba sufriendo el Barcelona hasta ese momento. Y no sólo por la presión incansable del Bayern, sino también porque Rakitic se topó con Neuer. Una jugada que pudo haber evitado ocho minutos de sufrimiento para los azulgranas. Porque Benatia remató un córner a gol y desató la locura en el Allianz, creyente a más no poder en la remontada tras ese tanto. Esperanzas que se vinieron abajo con la respuesta de Neymar, que acabó de rematar su faena antes de la media hora. Otra conexión del tridente. Peinó Messi, condujo Suárez y remató el brasileño. El Barça ya estaba en Berlín.

Algo de mérito habrá que darle a Luis Enrique por haber sabido encontrar la tecla para que la compenetración entre sus tres leones de ataque sea tan grande. Se entiende a la perfección el tridente azulgrana, que sonríe al unísono con cada gol, dando igual si lo marca uno y otro. Manda Messi, que ha acogido a Neymar y Suárez como miembros de pleno derecho en la familia. Un gran logro vistos los precedentes de los que vinieron antes que ellos. Una conexión de la que se beneficia el Barcelona, a tres partidos de hacer historia con otro triplete.

Remontada estéril

Liquidada la eliminatoria, la noche perdió la tensión competitiva, pero ganó en espectáculo para los aficionados. El Barça dio un paso atrás y creció el Bayern, en deuda con su afición, obligado a maquillar el resultado. Fue entonces cuando emergió la figura de Ter Stegen , un portero de muchos quilates a sus 22 años. El alemán quería reivindicarse en su país, que sigue sin contar con él en la selección, y lo hizo mandando un mensaje diáfano. Lo captó Müller, que cantaba el gol hasta que vio perplejo como la manopla de Ter Stegen mandaba su cabezazo a córner. El brazo del alemán también apareció de la nada cuando la grada ya celebraba tras un disparo a bocajarro de Lewandowski.

El delantero polaco acabó encontrando premio a su buen partido ya en el segundo acto, con una maniobra de fútbol sala que dejó seco a Mascherano y despistó también a Ter Stegen. Estaba desconectado el Barça por completo del partido, con la cabeza puesta ya en Berlín, y lo aprovechó el Bayern para culminar la remontada con un buen disparo de Müller desde la frontal. Malos minutos de los azulgranas y remontada estéril del Bayern. El Barcelona ya tiene billete para Berlín y espera rival.

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