Siempre se ha dicho que en un partido de fútbol puede pasar de todo. Y eso se cumplió al pie de la letra en el estadio Vasil Levski de Sofía, donde se enfrentaban el partido clasificatorio para la Liga de Campeones el Ludogorets y el ... Steaua de Bucarest. En dicho encuentro, Cosmin Moti acaparó la atención de todos convirtiéndose poco menos que todo un héroe para Bulgaria. Y es que Moti, defensa del Ludogorest, se vio obligado a situarse bajo los palos en el minuto 120 debido a que su equipo ya había consumido los tres cambios. Acabó parando dos lanzamientos y marcando un tanto. Su equipo había logrado clasificarse para la Liga de Campeones. Lo dicho, un héroe para la mitología futbolística búlgara.
El equipo de Razgrad había conseguido forzar la prórroga cuando en el minuto 90 Wanderson anotaba su gol. En el último minuto de la prórroga, el meta Stoyanov derribó a Varela en el área, vio la cartulina roja y enfiló el camino de los vestuarios. Como el equipo búlgaro ya había realizado los tres cambios, un jugador tenía que ocupar el puesto de guardameta.
Voluntario o obligado, el defensa Cosmin Moti comenzó la tanda de penaltis anotando el primer lanzamiento. En el Vasil Levski de Sofía comenzaba a gestarse una proeza. Luego, Moti mostró dus dotes para los estiramientos al detener los disparos desde el punto fatídico de Prrvulescu y Rapa, quienes asistieron impávidos a las buenas dotes del improvisado guardameta. Moti, héroe improvisado, se dirigió eufórico a una grada para celebrar con los aficionados la nueva apoteósis del fútbol búlgaro.
Clasifica al Ludogorets marcando, en la tanda de penaltis, un gol y parando dos
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