El Chelsea, obligado a la remontada

El plan elaborado por Mourinho se fue al traste de inicio porque una internada por la banda izquierda del ataque francés acabó en un mal despeje de la zaga del Chelsea que fue aprovechado por Lavezzi. Tras un control con el pecho del balón, el delantero argentino empaló a la red. Tres minutos de partido y los ingleses, mermados por la baja en ataque de Samuel Eto'o, obligados a remar contracorriente. No le fue nada mal el cambio de guión al conjunto londinense.

Con el marcador en contra, el Chelsea tomó el control de la pelota y asumió la iniciativa, aunque el PSG asustó con contras que se fueron diluyendo. En una de ellas, Lavezzi estuvo cerca de superar por segunda vez a Cech. Una acción que precedió a la jugada entre brasileños en la que cambió el signo del partido. El penalti de Thiago sobre su compatriota Óscar resultó muy claro y Hazard niveló el duelo (minuto 25). El dominio inglés se acentuó con el empate.

Alegría para un Mourinho que poco antes del tanto de la igualada había visto cómo otro brasileño, el centrocampista Ramíres, era amonestado, cartulina que obligará al jugador del Chelsea a perderse el duelo de vuelta del próximo martes en Stamford Bridge. Las contras del PSG se fueron apagando y solo en jugadas a balón parado metió miedo. Los franceses, que en la primera parte reclamaron un penalti de Cahill sobre Cavani, tuvieron suerte porque un disparo envenenado de Hazard se estrelló contra el palo poco antes del descanso

Tras el paso por los vestuarios, Lavezzi, el jugador más peligroso de los franceses, estuvo a punto de calcar su brillante inicio de partido, pero su potente cabezazo se fue en esta ocasión por encima del larguero. El PSG, que en la última edición cayó en cuartos ante el Barcelona, tomó el mando del encuentro en la segunda mitad favorecido por el paso atrás dado por el Chelsea.

La entrada de Fernando Torres a la hora de juego en lugar del alemán Schürrle dejó clara la intención de Mourinho de buscar un nuevo gol a la contra. Nueva decepción para el técnico portugués porque, instantes después de la incorporación del español su equipo encajaba el segundo gol en una acción desgraciada. Una falta mal defendida por los londinenses terminó en un autogol de David Luiz (minuto 60).

La mala noticia para el PSG llegó poco después de ponerse por delante del marcador porque una de sus estrellas, el sueco Ibrahimovic, se frenaba en seco en un sprint. Lesión muscular del delantero, que podría perderse el duelo de vuelta. No fue el último disgusto para Laurent Blanc, técnico de los parisinos, porque el joven Verratti se retiraba también lesionado pocos minutos después.

Las lesiones empañaron un triunfo que resultó aún más contundente porque el argentino Pastore, que entraba en el campo minutos antes, volvía a ver puerta instantes antes del final (3-1) y condenaba al Chelsea la remontada en Stamford Bridge.