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F1 | GP de Singapur

Un gran maestro español, Carlos Sainz, destrona a Red Bull

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Carlos Sainz en lo más alto del podio, flanqueado por Norris y Hamilton AFP
Ángel Luis Menéndez

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La Fórmula 1 no es una película de la saga 'Fast&Furious'. Es un deporte de élite absoluta, una modalidad de máxima exigencia en la que hay que tener buenos pies, vertiginosas manos e inteligencia superlativa. Todo eso y mucho más exhibió este domingo Carlos Sainz para ganar el Gran Premio de Singapur. Para lograr que, por primera vez en lo que va de año, un piloto de Red Bull no se suba a lo más alto del podio.

El español de Ferrari salió primero y terminó primero. Ha sido el mejor sin discusión durante todo el fin de semana. Rápido, certero, sin un solo fallo y, encima, marcando la estrategia precisa para alcanzar la gloria. Una victoria más que merecida.

El final feliz de este cuento hay que contarlo empezando por el final. Porque en el último tramo de la carrera Sainz tuvo la sangre fría suficiente para levantar el pie del acelerador pese al acoso de los dos Mercedes.

Un coche de seguridad virtual propició que Russell y Hamilton calzasen sendos juegos de neumáticos medios nuevos para afrontar las últimas 22 vueltas. Los demás, Sainz incluido, iban con gomas usadas, así que la pareja inglesa pisó a fondo hasta plantarse a rebufo de Lando Norris, segundo tras Carlos. El madrileño podría haberse ido, o al menos haberlo intentado, pero ello conllevaba que su amigo Lando se quedase sin DRS, lo que le hacía presa fácil de los Mercedes.

Así que Sainz, a 250 km/h y sudando en la asfixiante noche asiática, tuvo la sangre fría suficiente para jugar a mantener la distancia justa para que Norris no perdiera el DRS. Le salió perfecto. Tanto, que Russell, desesperado, cometió un fallo en la última vuelta. Se fue contra el muro, y Carlos, Lando y el incombustible Hamilton completaron el podio.

Fin de semana nefasto para Alonso

Por detrás, muy atrás, Fernando Alonso vivió su peor fin de semana en mucho tiempo. Definitivamente, Aston Martin se ha estancado. No va bien en circuitos rápidos… ni en los lentos. El asturiano entró último (15º) y dejó una frase que diagnostica de forma preocupante la situación de la escudería inglesa: «Este coche es inconducible».

Conducibles, pero mucho menos de lo normal, son los Red Bull. En Singapur han sufrido como nunca (Verstappen, 5º; Pérez, 8º), jamás han optado al podio y han exhibido una desconocida debilidad. Aunque ya es demasiado tarde, el Mundial de F1 parece otro. Más competitivo e igualado. Una sensación que será ratificada, o no, dentro de una semana en el GP de Japón.

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