Fórmula 1 - Gran Premio de singapur
Carlos Sainz, 'el invisible', ya gana carreras
Mundial de F1
El piloto ha tenido que derribar barreras: el apellido paterno y la popularidad de otros pilotos, como Alonso
De la fiesta de Carlos Sainz a la frustración de Alonso: «Esto no se puede conducir»
Carlos, el hijo mediano de Carlos Sainz y Reyes, hace tiempo que ha dejado de vivir a la sombra de su padre, el bicampeón del mundo de rallies (1990 y 1992). Se ha desprendido del apéndice de júnior que le acompañaba por todos los ... circuitos del calendario de la Fórmula 1. En Silverstone 2022 dio el primer paso en su proceso de emancipación al lograr la primera pole y victoria de su vida. Entonces acuñó la frase «stop inventing» (dejad de inventar). Fue un golpe sobre la mesa que soltó a su equipo por radio cuando le pidieron que dejara «10 coches de distancia» entre él y Leclerc para darle una ventaja al monegasco frente a un Hamilton que llegaba encendido. Ayer se confirmó en el circuito urbano de Singapur consiguiendo el triunfo número 34 (el 33 de Alonso se resiste) de un piloto español.
'Carlitos' empezó a ver carreras de Fórmula 1 a los 3 años, sentado en el sofá de casa y junto a su famoso padre como comentarista de lujo. «Lo suyo eran los coches de rally, mientras que a mí desde muy pequeño me encantaban los monoplazas», explicaba el flamante ganador en Marina Bay, que a los siete años se inició en los karts, corriendo por el circuito indoor de Las Rozas, propiedad de su familia. A punto de cumplir 11 años, se sumergió de lleno en la competición.
No lo tuvo fácil. Su apellido le abría puertas, pero era una losa de la que se tenía que desprender cada vez que trataba de demostrar que estaba en el mundo de la velocidad por méritos propios. Tuvo que ganarse los monoplazas que ha pilotado. Sus buenas actuaciones en Toro Rosso le catapultaron a Renault (2018-19) donde se confirmó. Y a sus 26 años le cayó la responsabilidad de sustituir a Fernando Alonso como cabeza de cartel de McLaren, que le fichó en el momento más delicado de su historia. La hora de la verdad de Sainz, lejos de hundirle, le encumbró como uno de los pilotos con más futuro de la F1 al terminar sexto en el Mundial, solo por detrás de los intratables Mercedes (Lewis Hamilton y Valtteri Bottas), del insaciable Verstappen y de los dos Ferrari (Charles Leclerc y Sebastian Vettel). Con los de Woking logró subir al primer cajón de su carrera, en Brasil. Un tercer puesto no exento de épica. Sainz se convirtió en el segundo piloto de la historia, tras Peter Whitehead en 1950, en pisar el podio tras salir desde la última posición. Eso sí, es el que más carreras ha necesitado en toda la historia de la Fórmula 1 para lograr su primer podio: 101.
'Smooth Operator'
«Mi primer Smooth operatooooor en Ferrari», exclamaba ayer tras superar la bandera a cuadros. En 2019 ya se ganó ese apodo al cantar por radio el éxito de Sade, cantante nigeriana nacionalizada británica, que una mañana oyó en su coche. Su melodía y estribillo se quedaron atrapados en su cabeza. Pero no es el único apodo por el que se le conoce. En ese mismo 2019, muchas de sus grandes carreras pasaron desapercibidas para los telespectadores porque los realizadores televisivos estaban centrados en los Ferrari, Mercedes o Red Bull, por lo que se bautizó como 'el invisible' por la poca cuota de pantalla que tenía. De hecho, su padre explotó en Japón tras su quinto puesto: «Él ha sido el mejor, ¡pero parece ser que es invisible!».
Sainz júnior también ha tenido que pelear contra la popularidad de Fernando Alonso, con el que han intentado enemistar. «Somos buenos amigos dentro y fuera de los circuitos», asegura el asturiano. De hecho, Alonso siempre ha sido un referente para Sainz, que tenía 11 años cuando el de Aston Martin ganó su primer Mundial en 2005, lo que no evitó que con su retorno a la F1 en 2021 con Alpine eclipsara el fichaje del madrileño por Ferrari. Solo se hablaba de 'el plan' y la victoria 33. Llegó antes la 2.
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