La gala de la F1: brillo de Aston Martin, silencio de Verstappen y pitos a la FIA

Cada escudería tuvo siete minutos para exprimirlos a su gusto. En esa condensación de tiempo, el que los gurús de contenidos aseguran que debe encauzarse cualquier reunión, los equipos mostraron sus argumentos para convencer al jurado del público en un evento abierto y popular.

Sauber abre la gala con sus pilotos, Bortoleto y Hulkenberg, su color verde flúor y una batería de tambores en el mismo tono saludando al personal. Futuro es su lema.

Asoma Williams, el nuevo equipo de Carlos Sainz que comparte volante con Alex Albon. Su apuesta es la historia de éxito de la escudería con la innovación que representa el presente, la reconstrucción. «Me gusta el evento», dice Sainz, quien antes había recordado que «será difícil entrar en los puntos, entre los diez primeros».

Racing Bulls, antiguo Toro Rosso y Alpha Tauri, dedica su tiempo familiarizar a la gente con su cambio de nombre a través de un vídeo eterno en el que la gente de la calle es protagonista. Tsunoda y Hadjar presentan el coche, que es blanco. Otro cambio.

La gala transcurre, divertida, y el público abuchea a la Federación Internacional (FIA) cuando se la cita. Pasa en todos los deportes. Los árbitros son el saco de los golpes en todos los lados.

Haas, de rojo y blanco, le da más preponderancia a l coche que nadie. Aburrido. Bearman y Ocon, la pareja más alta de la parrilla. Alpine se pregunta si estamos soñando, mientras las cámaras enfocan a Briatore líder de la escudería. No está Colapinto, el deseado argentino, que ejercerá de piloto reserva, sino Gasly y Doohan.

Llega Aston Martin y su puesta de largo impacta. Es la más brillante, un vídeo moderno con Alonso y Stroll conduciendo una lancha por el Támesis con música de fondo de James Bond. Los pilotos aparecen en la grada, con el traje de calle y el casco. Otro vídeo con la historia de la escudería, su presencia en todas las categorías del motor, destaca por su elegancia. Una sinfonía de músicos con violines da entrada al coche verde. «Habéis visto el coche más bonito, disfrutad de la noche», dice Alonso.

Mercedes lanza su mensaje, cada sueño necesita un equipo. Mucho coche, plata y negro, y su pareja de pilotos, el joven Antonelli y Russell. Poca historia.

Red Bull es la casa de los líos. Hay pitos para Chris Horner, el jefe de la escudería, «a pesar de todo, disfruten», dice molesto. Un vídeo estilo cortometraje con contenido de cultura urbana, lejos de los coches, saluda al público. Se presentan Verstapenn y Lawson en una fiesta callejera, pero sorpresa, el campeón del mundo no habla, guarda silencio, evita la bronca que le cae todos los años en Silverstone.

Ferrari honra a su creador, Enzo Ferrari, que hoy tendría 128 años, en un repaso por su historia legendaria. «Pertenecemos a las carreras», dice la promo. El público enloquece con Hamilton, nuevo en Ferrari y estrella de la noche. Casi no se oye cuando le preguntan. «Estoy lleno de energía y de vida», dice.

El coche campeón de constructores, McLaren, es el último. Tal vez los favoritos del Mundial, con Norris y Piastri. Nada destacable, salvo la copa que recuerda el mejor equipo del curso pasado.