Fórmula 1
Fantástica galopada de Alonso, cuarto en Bakú
Gran Premio de Azerbaiyán
Gran victoria de 'Checo' Pérez y heroica defensa de Carlos Sainz, quinto, ante Hamilton
Clasificación de la carrera
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Iniciar sesiónDesde aquel 5 de marzo en Baréin, en su vuelta a la vida con un coche verde, Fernando Alonso sujeta un hueso y no lo soltará hasta que lo lleve a su guarida. Es su actitud ante el deporte y por eso es quien ... es. Fiable como el reloj suizo, duro como el pedernal y ahora intransigente con el éxito a la vista. En Bakú, un circuito a contramano para las características de su Aston Martin, el español exprimió el jugo hasta la última gota y selló un magnífico cuarto puesto. Remontada de calidad, salió sexto, a la cazuela Hamilton y Sainz.
Fue una gran victoria del mexicano 'Checo' Pérez, quien como todos, se presentó un día a Red Bull con cara de gregario para el intocable Max Verstappen. Pérez ganó el sábado la mini-sprint y también la pieza mayor del domingo. Y Verstappen ni le inquietó.
Carlos Sainz, que vivía el fin de semana en la zozobra de la incomodidad que confiesa más de lo debido, se defendió con garra ante los lobos. Le superó Alonso, con quien no discutió ni pudo hacerlo esta vez. Pero mantuvo a raya a Hamilton en una numantina custodia de su quinto puesto, muy valioso para su confianza.
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F1 carrera sprint GP Azerbaiyán, en directo: resultado de Alonso y Sainz hoy
Ángel Luis Menéndez
«Los Red Bull juegan en otra liga», admite sin disimulo Charles Leclerc, el propietario de la pole a quien los dos Red Bull pasaron con un Concorde a reacción en la larguísima recta de 2,2 kilómetros.
Alguna pócima mágica posee el DRS (el alerón trasero abierto para ganar velocidad) de los Red Bull, algún embrujo perpetró en ese coche el mago de la aerodinámica, Adrian Newey, para decretar una superioridad tan aplastante.
Los dos Red Bull se merendaron a Leclerc como si Red Bull y Ferrari compitiesen en diferentes categorías. Es otra liga, en efecto, porque los bólidos energéticos acabaron con 21 segundos de ventaja en la meta sobre el tercero después de 51 vueltas. Eso es una barbaridad.
Solo puede haber una sorpresa en este tramo de la temporada si los recortes de tiempo hacen efecto en las horas del túnel del viento o si ambos Red Bull cometen algún error potente durante el fin de semana. De lo contrario, parecen inabordables en la primavera.
En la lucha por la Champions, Alonso ya no se contiene. Por unas centésimas no consiguió estirar al Aston Martin hasta llegar al segundo o menos imprescindible para activar el DRS y adelantar a Leclerc en el último tercio de carrera.
Superó a Sainz
Mucho antes había realizado un trabajo colosal mezclando velocidad, conocimiento y, sobre todo, audacia. Con mejor ritmo superó a Hamilton, quien entró a cambiar ruedas cuando tenía al español pegado a la espalda.
Y con arrojo y decisión se cocinó el adelantamiento a Carlos Sainz, en una zona imprevista, en la parte lenta, jugando por sorpresa con la poderosa salida de las curvas del Aston Martin.
El equipo británico parece hoy una balsa de aceite, lo cual favorece la convivencia y los resultados. «Decidle a Alonso que no le voy a atacar», avisó por radio Stroll al principio de la prueba. «Si quiere, lo puede intentar», contestó el asturiano. «Decidle a Stroll mi balance de frenos, le irá bien», recomendó Alonso por radio.
De momento el canadiense hijo del dueño no es enemigo para el español. La aspiración de Alonso se centra en no perder comba con los Red Bull, gestionar esta desventaja actual con pocas pérdidas (ya tiene 60 puntos, tercero en el campeonato) y confiar en el final de temporada si hay mejoras y progresos en Aston Martin.
Por eso a última hora, la carrera fue un festival de asalto a la vuelta rápida. Un punto extra que todos persiguieron con ahínco. Pérez, Alonso, Leclerc, Verstappen... Finalmente el punto fue para Russell, que montó ruedas rojas (las rápidas) para ello.
Carlos Sainz tuvo un comportamiento destacado frente a Hamilton. Fue su mejor versión de todo el gran premio, ese escudo protector que montó en torno a su orgullo para evitar que el inglés le arañase puntos y moral. Ante la encendida defensa del madrileño, Hamilton desistió y prefirió amarrar su sexta posición antes que exponerse a un abandono (los muros son amenazantes en Bakú) en el intento de persecución de Sainz.
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