Cuatro canteranos del Real Madrid, investigados por la difusión de un vídeo sexual con una menor

El relato de los hechos por parte de la Guardia Civil es el siguiente. Una madre, acompañada de su hija menor de 16 años, denunciaron el pasado 6 de septiembre en Santa María de Guía (Las Palmas) que, supuestamente, hay unas grabaciones de unas relaciones sexuales consentidas de su hija. Estas grabaciones se realizaron sin su consentimiento y ahora ha sido consciente que están circulando. Los hechos ocurrieron en la localidad de Mogán a mediados de junio, pero la supuesta víctima y su madre han tenido conocimiento ahora de esa difusión.

Por ese motivo, el juzgado 3 de San Bartolomé de Tirajana ordenó a la Guardia Civil que pusiera a disposición judicial a varias personas, todas ellas mayores de edad, y pertenecientes a categorías inferiores del Real Madrid a los que se les han intervenido los dispositivos móviles y se ha acordado su libertad a la espera de conocer el contenido exacto de estos dispositivos. Todos ellos podrían haber incurrido en un delito de descubrimiento y revelación de secretos.

Según la supuesta víctima, a pesar de que la relación fue consentida, no dio permiso a su grabación, versión que choca con la del canterano del Madrid que grabó las relaciones sexuales, que asegura que ella sí consintió esa grabación.

Otras fuentes cercanas a la investigación, a las que tuvo acceso ABC, explicaron a este periódico que los hechos denunciados tuvieron lugar a principios de verano durante el periodo vacacional de los futbolistas detenidos. Según detallan a este periódico, la chica menor de edad compartió un reservado en un popular local de ocio costero ubicado a 17 kilómetros de Mogán, y en dicha zona de máxima privacidad, conformada por cabañas VIP, la chica mantuvo relaciones sexuales consentidas y, además, grabadas por uno de los chicos, algo que le recriminó la supuesta víctima a dicho jugador.

La menor de edad le exigió que borrara el vídeo y el canterano del Madrid le aseguró que así lo hizo, pero los hechos denunciados desmienten que el jugador de La Fábrica que realizó la grabación lo acabara borrando. Además, según indican estas mismas fuentes, en ese reservado no estaba el novio de la chica y fue a posteriori, con la supuesta difusión del vídeo en un grupo de WhatssApp, cuando su pareja se acabó enterando de estos hechos.

La noticia de la detención, adelantada a media tarde por El Confidencial, levantó un gran revuelo ya que en ella se aseguraba que podían estar implicados más jugadores y, entre ellos, miembros del primer equipo, algo que no parece que sea así. De hecho, el Real Madrid, en privado, calificó como «una canallada» el encabezado de la noticia, sabedor que generaba confusión y hacía aún más mediático un caso que ya de per se es bastante delicado.

Oficialmente, el club blanco se negó a dar más explicaciones que las que detallo en un comunicado oficial que hizo público una hora después de conocerse los hechos acaecidos en la mañana de ayer en su Ciudad Deportiva: «El Real Madrid comunica que ha tenido conocimiento de que un jugador del Castilla y tres jugadores del Real Madrid C han prestado declaración ante la Guardia Civil en relación a una denuncia por la supuesta difusión de un vídeo privado por WhatsApp. Cuando el club tenga conocimiento detallado de los hechos, adoptará las medidas oportunas».

La Fiscalía de Menores ha abierto diligencias ante la posible comisión de un delito de abuso sexual a una menor de 16 años por parte de los futbolistas investigados, que podrían enfrentarse a penas de prisión. En el Código Penal, el delito de revelación de secretos está regulado entre los artículos 197 y 201. Las penas para un delito de este tipo, en el caso de que los autores sean mayores de edad, pueden resultar más o menos graves en función de si el vídeo difundido ha sido grabado con o sin el consentimiento de la víctima. Si la víctima no ha consentido la captación de imágenes (como en el caso de los jugadores canteranos del Real Madrid), el apartado 2 del artículo 197 contempla una pena de entre uno y cuatro años de cárcel y una multa de 12 a 24 meses. Pero si la víctima es menor de edad o las imágenes difunden su vida sexual, las penas se establecen en el umbral superior de este rango.

Según el apartado tres de ese mismo artículo, si además de grabar el vídeo sin el consentimiento de la víctima, el autor también lo difunde sin permiso, el rango de penas puede ascender de los dos a los cinco años de prisión.