Álex Roca: «Si pude con el miedo a la calle; cómo no voy a poder con esto»

-¿Qué valor le da al haber acabado el maratón?

-No lo puedo calificar aún pero sí es una de las cosas más maravillosas que he conseguido nunca en mi vida.

-¿Qué ha sido lo más duro?

-La preparación. A nivel físico porque me encuentro con muchas dificultades: un 76 por ciento de discapacidad física, un pie muy torcido con una gran curvatura y sobre todo con muchos problemas para nutrirme durante carrera. Yo no puedo comer sólido corriendo y ese ha sido un gran obstáculo. Solo decirle que en el entrenamiento clave, a los cinco kilómetros probé de comer sólido, me atraganté y suerte que estaba allí mi entrenador personal, mi suegra y mi mujer parea salvarme porque yo pensaba que allí me quedaba. A última hora, tres semanas antes tuvo que cambiar todo el plan de nutrición, teniendo en cuenta que en cada parada tenía que ingerir 288 miligramos de carbohidratos con 300 mililitros de agua… En fin, una locura.

-¿Y qué le pasaba por la cabeza durante esos 42 kilómetros?

-Realmente iba pasando situaciones de todo tipo. En algún momento sentí que no podía pero también tuve otros en los que miraba a mi alrededor y sentía gratificación por todo lo que estaba consiguiendo. Realmente miraba a todo el equipo y pensaba: soy un afortunado en tener a una gran cantidad de gente que me apoya y me quiere.

-¿Es posible olvidarse de las limitaciones en algunos momentos?

-Me olvido muchas veces de mis limitaciones porque creo que soy una persona muy ambiciosa y muy motivada, que cuando tiene un objetivo en mente le pone tantas ganas que a veces elimino todos los obstáculos aunque existan.

-Es usted el ejemplo vivo del querer es poder...

-Yo no me considero el ejemplo del querer es poder sino que me considero una persona que lucha para cumplir mis sueños. Querer es poder cuando se juntan la fuerza de voluntad, el trabajo, la motivación y el trabajo en equipo. Si tú quieres no puedes directamente, sino que debes lucharlo, rodearte de gente muy potente y buscar la estrategia por la cual podrás lograr el objetivo.

-Pero debe sentirse un referente...

-No me siento un ejemplo pero sí que noto que hay gente para la que soy un referente y para mí es un orgullo. Siempre me gusta recordar una vivencia que me pasó un día: estaba corriendo en Barcelona y se me acercó un chico y me dijo: «Me intenté suicidar y no pude pero conocí tu historia en tus vídeos y ahora quiero vivir la vida y hago deporte para superar mis momentos de dificultad». Ahí pensé: «Alex, estás haciendo algo bien en la vida».

-¿Esa mochila, esa responsabilidad, pesa?

-Por supuesto que pesa. No soy falso, soy muy sincero y pesa mucho. Tenía mucha presión pero eso me gusta porque me motiva y me empuja a conseguir mis sueños pero muchas veces tengo miedo de defraudar al mundo. Pero pienso que si durante todo el camino lo he dado todo al máximo, nadie puede decirme nada porque he entregado todo mi corazón, cuerpo, alma y mente para conseguir el objetivo. Si no lo he logrado no es porque no lo haya ofrecido todo pero lo primero es la salud, eso siempre.

-¿Dónde ha estado la clave de su lucha?

-Por lo que hace la maratón en la palabra resiliencia porque cuando estoy en un momento en que veo que no puedo me acuerdo de los momentos de dificultad de cuando era pequeño y pienso que si pude con aquello, como no voy a poder con esto. Aún así, hay momentos en los que pararía, no seguiría… pero miro alrededor a la gente que me quiere y me apoya…

-¿Cómo se lleva esto cuando uno es un niño?

-Me acuerdo mucho que cuando era pequeñito tenía un mundo exterior que me daba miedo y era l mundo de la calle porque había recibido muchas faltas de respeto, miradas y comentarios negativos. Y tenía otra parte de mi vida que era cuando estaba en casa o cuando me iba al colegio. Ese mundo me hizo alimentarme positivamente y evolucionar como persona y ahora mismo, en momentos de dificultad siempre recurro a esas personas que están conmigo desde siempre y que me dan fuerza y potencia para seguir. Esto es algo brutal. Me alimento mucho de la gente de mi alrededor, son mi fuerza y mi vitamina pero también creo que soy una persona con mucha fuerza mental.

-¿Qué papel han jugado sus padres en su vida?

-Durante toda mi infancia y mi adolescencia mis padres han sido muy importantes para mí. Siempre han estado conmigo y me han acompañado a todo, como a cualquier otro hijo. Me han ayudado a crecer y a evolucionar.

-¿Cuándo se decantó por el deporte?

-Desde pequeñito me encantaba el fútbol. En el cole empecé a jugar con la camiseta de Ronaldo Nazario y al ir creciendo probé muchos deportes, como el esquí, el tenis… Me gustaban pero no los acababa de practicar al cien por cien hasta que hace unos nueve años hice mi primera carrera, de cinco kilómetros, y me gustó mucho. Pero hacía una o dos al año. En 2016 hice mi primera triatlón y allí sentí que me encantaba hacer deporte y en 2017, con mi tío, hice bici en tándem. En 2018 intenté la Titan Desert y desde entonces no he parado de luchar. Esa carrera generó un cambio en mi vida.

-¿Qué cambio? ¿Qué le aporta el deporte?

-Me aporta comunicación y ahora mismo es parte de mi trabajo y doy conferencias junto a mi mujer Mari Carmen para concienciar a las personas de la importancia de la inclusión y de los beneficios del deporte, pero sobre todo de los valores que debemos tener en nuestra vida. Buscamos que cuando termina la conferencia, los asistentes digan: «Ahora tengo objetivos por los cuales luchar, sueños que cumplir, mentes que cambiar y personas a las que decir te quiero».

-¿El deporte elimina las barreras o siguen estando ahí?

-Yo, mientras corro, me olvido que tengo una discapacidad. Creo que es la propia persona la que debe eliminar sus barreras. La sociedad tiene que luchar mucho pero tenemos que mandar un mensaje entre todos y es que el que llega el último a veces llega más feliz del primero. El que hizo récord en la carrera de Barcelona estaba muy contento pero no creo que estuviera más feliz que yo… Eso es eliminar barreras. Ganar o lograr una gran marca no es conseguir el éxito sino que aquello que hagas te haga feliz.

-¿Cuál es ahora el próximo reto?

-Ser feliz cada día y asimilar la maratón, porque me va a costar. Ahora nos toca ver todo lo que ha generado el proceso de la maratón para aplicarlo en las conferencias y enseñarlo al mundo para que todos puedan saborear lo que realmente puede ofrecer el camino de antes, durante y después de una maratón.

-¿Qué deportistas admira?

-Mi ídolo es mi abuelo pero a nivel deportivo siempre tuve de referente a Ronaldinho porque siempre salía al campo con una bonita sonrisa y yo soy así, siempre salgo sonriendo. Pero ahora mismo me encanta y me gustaría conocer a Rafa Nadal porque creo que es una persona con una fuerza mental incalculable y una fuerza de voluntad indescriptible. Además, he tenido a lo largo de mi vida varios ídolos también del Barcelona, porque soy muy culé. Respeto que cada uno sea de un club diferente pero yo adoro al Barça y el domingo, después de la maratón, me fui al Camp Nou sin poder andar, cojo, my cojo, para animar a mi equipo. Fue un día redondo. Cuando era pequeñito iba al campo porque todo el mundo se fijaba en el partido y no en mí y eso me generaba tener tranquilidad y el fútbol me ha ayudado a ser feliz. Conseguí acabar una maratón y además, el club de mi corazón ganó. Un día redondo.

-Estará contento, media Liga en el bolsillo...

-Ya lo veremos. Yo creo que sí, ojalá sea así. Quiero mucho al Barça y, además, hace año y medio que soy embajador de su Fundación y transmitir estos valores que tienen ellos a la sociedad me hace tan feliz…

-También me decía que su ídolo era su abuelo…

-Me cuesta hablar de esto. Se fue al cielo hace dos meses y ahora me pongo a llorar cuando hablo de él. De pequeñito, cuando los médicos dijeron que yo nunca andaría, mi abuelo dijo que sí lo haría y a los tres años empecé a andar porque él cada tarde me ponía una toalla debajo de los brazos, todos los días, para que lo intentara y diera un nuevo paso. Empece´a andar a los tres años pero no importa el cuando haces las cosas sino el valor que le des al hacerlo. Y él me enseñó también a conducir y me regaló su coche. Cómo no va a ser mi ídolo mi abuelo si ha sido un referente vital para mí. Se murió hace dos meses y aún conducía. Y tenía 92 años.

-Su vida es un buen homenaje hacia él…

-El domingo, cuando llegué a la meta me acordé tanto de él… Y corrí toda la carrera con el collar que le regalé hace ocho años. Y al atravesar la meta le pedí a la organización si alguien me podía conseguir alguna medalla porque yo la tenía que traer al cementerio para mi abuelo y mi abuela, que fueron dos grandes referentes para mí y dos personas que me querían con el corazón. Siempre le daba todas las medallas y le contaba todas las historias porque era una persona que siempre tenía una oreja para escucharme y cuanto más le explicaba, más quería saber. Era increíble el amor que sentía por mí.

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-Hace unos años que se casó. También ha demostrado que no hay barreras en el amor…

-Éxito no lo sé pero he cogido la mejor chica del mundo entero. Yo de pequeñito pensaba que nunca tendría pareja. Yo mismo me veía diferente y veía a mis amigos cómo hablaban con chicas y pensaba: «¿Se van a fijar a mí?». Hace más de seis años la conocía ella y desde entonces pasamos casi 24 horas juntos y para mí es la suerte de mi vida. Luchamos juntos en los retos y en la vida y es algo indescriptible.

-¿Y cómo la conquistó?

-En primer lugar, decir que fue ella la que me escribió pero el truco fue no dejar las cosas fáciles desde el principio. Así fue como la enganché…

-Y cuando les ven juntos ¿cree que la gente juzga de forma injustificada?

-Mucho. Pero no nos importa porque nosotros sabemos lo que tenemos y lo que hemos tenido siempre.