Ciclismo

Los lagos de Covadonga encumbran la Vuelta femenina

La carrera española de féminas se desliga en el tiempo de la ronda masculina, tendrá siete etapas y se decidirá en el coloso asturiano con las mejores ciclistas del mundo

Van der Poel también se exhibe en la París-Roubaix

Annemiek Van Vleuten, de rosa Movistar Team

11/04/2023 a las 22:51h.

Palabras profundas acompañan al nacimiento de la Vuelta a España femenina, que verá la luz el 1 de mayo y concluirá seis días después en una cumbre legendaria, los Lagos de Covadonga, sancta santorum del ciclismo en España. «Será histórico», dice, entre emocionada y ... entusiasmada Dori Ruano, una de las mejores corredoras que ha habido en nuestro país y que ejercerá como embajadora de la prueba. «La idea es que siga creciendo», analiza Fernando Escartín, director de la ronda. «Tendrá su propia identidad», cuenta Javier Guillén, director general de Unipublic, la empresa que organiza la Vuelta de hombres y también la de mujeres.

La Vuelta femenina enlaza así con sus hermanas del Tour de Francia y el Giro de Italia y con el creciente desarrollo del pelotón de las chicas.

El Tour Femme es la más antigua. Nació en 1955, pero ha vivido a salto de mata. La segunda edición se celebró en 1984, cambió de nombre en sucesivas e infructuosas denominaciones que no cuajaron (Tour de la CEE, Tour Cycliste Feminin, Grande Boucle) hasta que desapareció del mapa en 2009. Cobró nueva vida como La Course by le Tour de France entre 2014 y 2021 y en 2022 modernizó su formato con ocho etapas y final en el puerto de la Planche de Belles Filles, allí donde Roglic perdió el Tour masculino de 2020 ante Pogacar.

La homóloga en Italia, el Giro Donne, es la prueba femenina por etapas más prestigiosa del calendario. Se disputa sin apenas interrupción desde 1988 (solo dos ediciones faltaron en 1991 y 1992) y conserva la misma estructura que el Giro masculino, con su maglia rosa para la general, la ciclamino para los puntos y demás señas de identidad en el país de la bota.

Las tres carreras se reúnen en un apellido común en los últimos años, la neerlandesa Annemiek van Vleuten, la jefa del Movistar que el curso pasado consiguió lo nunca visto: ganó el Giro, el Tour, la Vuelta y el oro del Mundial en ruta para vestir este año de arcoíris. Van Vleuten será la estrella de la Vuelta a España.

«Pienso que 2023 va a ser un año histórico para el ciclismo femenino porque la Vuelta va a tener una identidad propia, desvinculada de la Vuelta masculina, en el mes de mayo y con una semana de competición. Todo un avance para el ciclismo femenino», comenta Dori Ruano, una pionera del pelotón de féminas en España junto a su coetánea Joane Somarriba. Ruano fue multidisciplinar, campeona de España en ruta y en pista, oro mundial en el velódromo y bronce en el Mundial contrarreloj. Unipublic la ha reclutado como embajadora de la Vuelta femenina.

La carrera abandona su carácter pseudoprofesional como 'challenge'. Al amparo de la Vuelta masculina, en las mismas fechas y recorridos afeitados, se definía la carrera como algo colorista, competición de un día al principio, luego dos, más tarde tres y el año pasado, cinco etapas con la victoria de Van Vleuten.

«En 2023 va a contar con su propia estructura -explica Javier Guillén-, va a tener una calidad organizativa, amplia cobertura en televisión, un apoyo brutal de los ayuntamientos y los patrocinadores (Carrefour, el principal, el mismo que la Vuelta masculina). Sin que podamos dar cifras, posiblemente tenga el mayor presupuesto de una carrera de una semana en España, incluidas las masculinas».

La ronda empezará con una contrarreloj en las Salinas de Torrevieja, al estilo de la impactante imagen que ofreció la Vuelta masculina en la salida de 2019, y cruzará la península de este a norte, con paradas en La Roda, Cuenca, Guadalajara, el Mirador de Peñas Llanas en Riaza. Escalará hacia el norte con dos etapas finales en Laredo y los Lagos de Covadonga.

El Tour femenino acabará en el Tourmalet y la Vuelta femenina (ambas propiedad de ASO) lo hará en los Lagos de Covadonga, cuarenta años después de su descubrimiento para el ciclismo con aquel desenlace con victoria de Marino Lejarreta en la Vuelta de Bernard Hinault que colocó a España en el mapa gracias al coloso de Asturias.

«El ciclismo femenino está en un proceso avanzado de crecimiento y solo falta tiempo y dotarlo de más seriedad para que avance -declara Guillén-. Esta Vuelta no sería posible sin el impulso del Consejo Superior de Deportes, que ha sido el mayor motivador de la carrera».