Martin se corona y Bernal pierde casi un minuto

La llegada inédita a un muy duro puerto de Sega di Ala dio para mucho. Tras el descanso del martes, el pelotón abrió la parte final de este Giro a un alto nivel, con ataques en varios frentes y bajones repartidos entre otros al 'maglia rosa' Bernal, que perdió casi un minuto con Yates .

En concreto, sumado el bonus en meta al entrar Yates tercero tras Martin y Joao Almeida (Deceuninck-Quick Step), recuperó 57 segundos a Bernal, que entró en meta séptimo, escudado por su compañero Daniel Felipe Martínez, con 1:23 respecto a Martin y 53 segundos perdidos, en línea de meta, con el británico.

Pese a este mal día, en su primer y hasta ahora único 'bajón' para el colombiano, Egan Bernal sigue portando la 'maglia rosa' y sigue siendo favorito en este Giro, aunque ahora la lucha esté algo más abierta. Damiano Caruso (Bahrain-Victorious) 'sólo' le robó 3 segundos a Bernal en Sega di Ala, y ahora sigue segundo a 2:21 en la general.

Tercero, tras su buena etapa, es Simon Yates, a 3:23 de Bernal. Podio perdido por Hugh Carthy (EF Education-Nippo), que cae a la quinta plaza y está a 6:09 del colombiano, mientras que Aleksandr Vlasov (Astana), quien también se hundió, como Carthy, lejos de la meta, sigue cuarto pero ya con 6:03 de tiempo perdido.

Así que Yates recorta casi un minuto, Caruso 3 segundos, y Bernal ve alejarse mucho al resto de rivales. Si este ha sido su mal día, Bernal tiene mucho de cara para vestir de rosa en el podio final en Milán. Si lo de hoy es un avance de la 'pájara' que esté por venir, esta 'Corsa Rosa' tiene mucho espectáculo por dar.

En esta sorprendente etapa, hubo caídas, bajones y ataques para seguir soñando. Para Bernal, toco de lo segundo, el verse por primera vez sin respuesta de las piernas. Sucedió a 3,1 de meta, cuando no pudo seguir a su compañero Martínez, y Yates y Almeida aprovecharon para dejarle atrás. Yates luchando por la carrera, Almeida por la etapa, y solo 13 segundos le impidieron llegar a Martin. El luso, ahora, es octavo en la general a 8:45 de Bernal.

Pero fue Dan Martin, metido en la fuga al estar 'fuera' de la general, quien aprovechó el margen que le dieron para poner sus piernas a tope para ganar arriba. Con una subida bestial, atacando a sus compañeros de fuga a 10,4 de la cima , sin parar ni mirar atrás, suma su triunfo 22 como profesional, el primero del año y el segundo con su actual equipo, sumado a la tercera etapa de La Vuelta 2020.

Sega di Ala ofreció unas vertiginosas rampas, con complejo de muro -11,3 kilómetros al 9,7 de pendiente media-, en esta subida nunca antes vista en el Giro que se ha ganado el poder repetir. Cuando en cabeza quedaban 27,5 kilómetros para la meta, se produjo una caída en el grupo de favoritos que afectó a varios corredores, entre ellos a un Remco Evenepoel (Deceuninck-Quick Step) que venía remontando.

El belga pudo seguir la marcha tras ser atendido por los servicios médicos, que le vendaron un corte sufrido al golpear un guardarraíl . También se fue al suelo el español Mikel Nieve (BikeExchange), y el sexto en la general Giulio Ciccone (Trek-Segafredo).

El italiano se levantó rápido y retomó la carrera pero con algún problema mecánico en su bicicleta. Al final, con esfuerzo y en el 'trascoche', cambio de bici incluido, logró llegar al pelotón pero, en la subida final, pagó caro el esfuerzo previo y ahora es décimo en esa general.

La fuga del día, hecha buena por Dan Martin, contó también con los españoles Luis León Sánchez (Astana) y Antonio Pedrero (Movistar), que de nuevo estuvo muy bien y fue segundo de forma virtual hasta ser cazado a unos 3 de meta. En esa escapada estuvo el líder de la montaña Geoffrey Bouchard (AG2R Citroën Team), que reforzó su candidatura a hacerse con la 'maglia azzurra'.

Este jueves, una etapa que puede ser engañosa. La decimoctava etapa partirá de Rovereto y llegará a Stradella tras 231 kilómetros, una distancia infinita y un perfil bastante llano hasta los 30 kilómetros finales, con cuatro cotas donde poder intentar algo. Etapa para fuga o esprint masivo si los velocistas aguantan ese final, que puede ser explosivo.