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Ciclismo

El coleccionista de adoquines que salió del infierno

Tom Boonen se retira hoy en la prestigiosa París-Roubaix, carrera que quiere ganar por quinta vez, más que nadie en la historia

Tom Boonen, ayer en la presentación de la París-Roubaix AFP
David Vilares

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Todo lo que Tom Boonen quiere para dejar el ciclismo es un trozo de piedra. Cuando alguien gana la París-Roubaix , la clásica más especial del calendario, ese es su premio: un adoquín sobre una peana. Hoy Boonen lo podría ganar ... por quinta vez. Esto es condicional: depende de sus fuerzas, de sus rivales y del azar, siempre presente en una carrera de 257 kilómetros , de los que 55 son sobre tramos de duros adoquines y tierra.

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