Euroliga
El Real Madrid, en un búnker a la espera del infierno
Escoltado por la policía las 24 horas del día y en un ambiente amenazador tras la escandalosa pelea del WiZink, el Real Madrid busca hoy una victoria en Belgrado ante el Partizan que le permita seguir vivo en la Euroliga
Final violento para un Madrid desbordado
Belgrado (Serbia)
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónBelgrado es una ciudad que ni olvida ni perdona. Si los bombardeos de la OTAN en 1999 aún retumban entre las paredes de la capital serbia, la pelea entre los jugadores del Real Madrid y Partizan del pasado jueves es una herida que ni siquiera ... se ha planteado comenzar a cicatrizar. Todo lo contrario. Supura a borbotones. Recibe la urbe a los españoles en pie de guerra, mitad orgullosa y mitad sedienta de sangre la hinchada balcánica pues, por un lado, está a una sola victoria de clasificarse para la Final Four de la Euroliga y, por otro, el incidente del WiZink se ha visto desde Serbia como algo impropio de un club de la categoría del Real Madrid, «una vergüenza» como rezan los locales cada vez que reconocen el acento español. Pese a todo, sus diez Copas de Europa aún siguen provocando pavor en el enemigo, y es por eso que, para contrarrestar su grandeza, la visita de los blancos se ha convertido en una auténtica encerrona, a la vieja usanza, como en los años 90, un correcalles en el que los de Chus Mateo estarán escoltados por la policía las 24 horas del día y en el que tendrán que sumar una victoria que se antoja casi imposible (20:30 horas, DAZN) en un Stark Arena hasta la bandera.
«La gente allí anima mucho a su equipo y eso te genera dudas, porque no es fácil jugar con los aficionados rivales tan encima, que vibran tanto sin dejar de animar a los suyos. Pero no va a pasar nada», analizaba Chus Mateo ayer en rueda de prensa. Una afirmación con conocimiento de causa, ya que la expedición madridista creó un dispositivo sin fisuras para viajar a Belgrado, escrito al dedillo y con el apoyo de la Euroliga y el propio Partizan para que nada se descontrolase. Los blancos llegaron pasadas las ocho de la tarde de ayer (media horas más tarde de lo previsto) en vuelo privado al aeropuerto Nikola Tesla. Allí fueron recogidos por un autobús en la propia pista de aterrizaje para evitar el contacto directo con los aficionados locales, e inmediatamente rodeados por varios coches de policía, quienes les escoltaron a su centro de operaciones, el hotel Crowne Plaza, situado al otro lado del Sava, afluente del Danubio y que separa al búnker madridista del avispero serbio. Como un relámpago, más de una decena de policías salieron de diversos furgones blindados y comenzaron a apartar a los presentes para que la batería de astros (Musa, Llull, Hanga) entrasen en las instalaciones.
Casi como un plan más propio de la Guerra Fría, el ocultismo del Madrid continuará hoy. No habrá paseos ni ruta turística. Las fuerzas de seguridad serbias han pedido a los jugadores y al cuerpo técnico que no salgan del hotel y solo se desplazarán a media mañana al Stark Arena para hacer una breve sesión de tiro y atender a los medios de comunicación. Allí, el majestuoso estadio, más de 20.000 butacas y todo un ente incomprendido en el plano arquitectónico (su moderna estructura choca con dureza con los bloques de estilo soviético que lo rodean), mostrará por última vez su cara amable, pues una vez el balón comience a botar, la caldera se prenderá.
El ura-nage de Yabusele a Exum: «Pido perdón por mi comportamiento»
S. D.El madridista, uno de los protagonistas principales de la pelea del jueves, se sincera horas después de lo ocurrido y pide disculpas al australiano
Las medidas de seguridad han obligado a los fanáticos del Partizan, liderados por el tenebroso grupo ultra 'Los sepultureros', a orquestar la emboscada dentro del estadio que, tras enfriarse en los últimos años, ha vuelto a convertirse, tras el retorno de Zeljko Obradovic a su banquillo, en uno de los ambientes más duros de todo el continente europeo. No cabrá ni un alfiler en el Stark, que albergará una sinfonía diabólica de más de 20.000 gargantas, haciendo honor la hinchada del Partizan a su fidelidad incondicional (es el equipo con mejor entrada como local de la Euroliga y ya ha acogido a más de 300.000 aficionados en lo que va de campeonato). Es por eso que como última barricada, la Policía prestará especial atención al banquillo blanco, ya que no sería la primera vez que la afición local se ensaña con el equipo visitante (en la última temporada, durante la final de la Liga Adriática, se recibió al Estrella Roja de Belgrado con un desorbitado lanzamiento de monedas, botellas y escupitajos).
Esperanza Tavares
Contra el fuego, un roble. O al menos ese es el plan de Mateo para que el Madrid sobreviva un día más en la Euroliga, pues cada hora que pasa aumenta la posibilidad de que Edy Tavares (no juega desde el primer partido por lesión) cuente con minutos hoy. Una gran noticia dada la amplia cantidad de bajas con las que tienen que lidiar ambos equipos tras la batalla campal del jueves. Lessort, pívot titular de los serbios, no podrá estar por sanción (tampoco Punter, estrella del equipo), lo que da al Madrid una superioridad interior de categoría si consigue juntar al caboverdiano y a Poirier en el decisivo duelo (nadie ha remontado un 2-0 en contra en la historia de la Euroliga). Un partido de otra década, épico a rabiar y en un ambiente de leyenda. Pero hasta que el infierno le reclame, el Madrid espera en su búnker.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete