Baloncesto
Aspirantes a periodistas y pobreza absoluta: así son los secundarios que provocaron el milagro de los Heat
Los de Florida han alcanzado las finales de la NBA con un equipo repleto de jugadores que hasta hace no mucho, eran completos desconocidos
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Iniciar sesiónLos Boston Celtics creían en la remontada. Cómo no hacerlo en una ciudad que vio nacer el movimiento revolucionario estadounidense, dura como el acero, con sangre irlandesa, rebelde hasta la médula. Nadie en la historia había conseguido levantarse de un 3-0 en contra en ... una serie de playoffs de la NBA, 150 a 0 era la cruda estadística a la que se enfrentaban los verdes. Y, pese a su orgullo, nada pudieron hacer contra los Miami Heat, que dominaron el séptimo y último partido en el Garden de cabo a rabo, impecables los de Florida en la gestión de las emociones, liderados una vez más por un Jimmy Butler espléndido (28 puntos) y bien compactados por la roca Bam Adebayo (12, puntos, 10 rebotes y siete asistencias).
Los Heat, una vez más, demostraron tener una capacidad competitiva superior a la media de la liga: pese a que entraron a la postemporada como últimos clasificados (8º), destrozaron a los Milwaukee Bucks, unos de los favoritos, para luego imponerse a los New York Knicks y rematar una de las grandes historias del deporte moderno esta madrugada al tumbar a los Celtics, el equipo más laureado de la historia de la NBA (17 anillos, los mismos que los Lakers).
Jugarán los de Florida su séptima final del siglo XXI (desde el jueves contra los Denver Nuggets) y competirán por su cuarto trofeo Larry O'Brien. Números que encumbran a Pat Riley como una de las grandes mentes del baloncesto de despacho, a Erick Spoelstra como un entrenador de culto y a Butler como una estrella irrepetible. Sin embargo, son los secundarios de los Heat los que han asombrado a la afición, hombres que habían pasado desapercibidos en la liga durante muchos años y que, por algún tipo de conjuro, se han convertido en agresivos sabuesos, competidores inigualables, a la altura de los mejores que han jugado a este deporte.
De la rotación que usa Spoelstra (8 jugadores son los que utiliza el técnico estadounidense con raíces filipinas), a uno le brillan los ojos al ver que la mitad de ellos ni siquiera fueron elegidos en el Draft, es decir, que no estuvieron ni entre los mejores 60 baloncestistas de su generación, tipos que, históricamente, tienen suerte si llegan a debutar en la NBA, ya no digamos tener un papel fundamental en una de las 30 franquicias de la liga. Ellos son Caleb Martin (autor de 26 puntos en el séptimo partido ante los Celtics),Max Strus, Gabe Vincent y Duncan Robinson, cada uno con sus peculiaridades, pero todos con un arduo camino hasta la cima en común.
Sergio Llull, el hombre milagro
Daniel CebreiroPor ejemplo, Martin era hasta unos meses 'el hermano de'. Nacido en Carolina del Norte y criado en una caravana «infestada de bichos» (se iban rotando del colchón al suelo porque no había cama para todos), jugó en una de las universidades de su estado natal, sin pena ni gloria, para luego despuntar en Nevada, cuatro años en la NCAA que no llamaron la atención de ningún equipo NBA. Fue fichado en 2019, ya pasada la lotería, por los Charlotte Hornets de Michael Jordan, que curiosamente eligieron a su hermano gemelo Cody, el prometedor de la familia.
Allí, Caleb solo jugó 71 partidos en dos temporadas con 16minutos de media por encuentro. En 2021 fue despedido por los de Carolina del Norte e inmediatamente repescado por los Heat, con un contrato de menos de medio millón de dólares (una miseria en la NBA, aunque suene a risa). Sin embargo, en Florida se creció y se ha convertido en una pieza indispensable de los Heat y el pasado verano firmó una extensión de cerca de 20 millones.
El balón por el teclado
Más impactante es la historia de Robinson, que no debutó en la NBA hasta los 26 años. Mientras jugaba y estudiaba en la Universidad de Michigan, perdió la fe por momentos porque pensaba que no tenía talento para competir al máximo nivel, que no sería elegido por ninguna franquicia en el Draft. Y como todo deportista frustrado, decidió que la mejor manera de seguir ligado al deporte que amaba era escribir sobre él. Contactó con diversos medios para incorporarse como redactor de baloncesto y, cuando estaba a punto de abandonar, en 2019 los Heat le ofrecieron unas pruebas. Ahora es uno de sus tiradores más fiables (pese a que ha sufrido un bajón de nivel en las últimas temporadas)y en 2021 firmó un contrato de 90 millones de dólares.
Strus solo jugó dos partidos en su año de debut con los Bulls y Vincent, nueve con Miami. No se esperaba nada de ellos y ahora se han convertido en un ejército temible, capaz de transformar lo lógico en un mero número al que barrer con facilidad. Son favoritos los Nuggets en la lucha final por el título, un equipo que cuenta con el que seguramente es el pívot más completo de la historia del baloncesto (Nikola Jokic) y con una amplia constelación de estrellas (Murray, Porter Júnior, Gordon). Sin embargo, se equivocarían en menospreciar los de Colorado a los Heat, una auténtica liga de hombres extraordinarios. Solo el que ha sufrido sabe lo que cuesta el éxito.
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