Stephen Curry, una muñeca para la historia

La desorbitada cifra confirma lo obvio. La relación del base de los Golden State Warriors con la pelota es seguramente una de las más fructíferas de todos los tiempos, pues, si uno tira de hemeroteca, es difícil encontrar un perfil que combinase de una manera tan armónica el talento innato con la infalibilidad del tirador, una de las razas más especiales y antiguas del baloncesto.

Curry ha sido toda una referencia en lo que al tiro de tres se refiere desde su desembarco en la NBA allá por 2009. Así lo demuestran sus 3,8 triples anotados por partido con un sonoro 43% de acierto durante su carrera. De joven prometedor a especialista y, más tarde, a estrella irrebatible en uno de los equipos más letales que se recuerden, los Warriors tricampeones, que formaron una dinastía que alcanzó cinco finales entre 2014 y 2019 y que además firmaron la mejor temporada regular de la historia (2015-2016), con 73 victorias en los 82 partidos que conforman el calendario. La carrera de Curry, sin embargo, ha sido juzgada en ciertos momentos con suspicacia debido a que la época de mayor esplendor de la franquicia (en cuanto a resultados) llegó con Kevin Durant como líder de la manada, con el base algo degradado a un papel más secundario, aunque no exento de regulares exhibiciones. Tuvieron que llegar las derrotas y las lesiones para que Curry ejerciese un mesiánico liderazgo solo al alcance de los más grandes de este deporte. Los Warriors fueron en 2020 el peor equipo de la NBA, solo un año después de disputar su última final contra los Toronto Raptors, la cual perdieron. Curry solo pudo disputar cinco partidos aquella temporada debido a que se rompió la muñeca. Una humillación que prendió su mecha y que le hizo resurgir con una llama entre sus dedos.

Cuanto peores pronósticos arrojaban los Warriors mejor jugaba Curry. Poco a poco, el equipo se fue rearmando y esta campaña son uno de los grandes candidatos al título (actualmente, tras la victoria contra los Knicks, son el mejor equipo con 23 victorias y solo cinco derrotas). El récord de Curry solo es un síntoma más de la buena salud del baloncesto en San Francisco, que mira con ambición, una vez más, al trofeo Larry O'Bryan . Sin embargo, es la cifra y cómo se ha alcanzado la que merece el escrutinio más profundo posible. Pocas cuestiones han monopolizado tanto las charlas de banquillo, vestuarios y entrenamientos como el tiro en el baloncesto. No hay ninguna teoría oficial, pues no hay dos mecánicas iguales en el mundo, ya que el movimiento más emblemático de este deporte es una cadena de acciones que empiezan en la suela de los pies y que acaban en la yema de los dedos. Una tradición ya centenaria, que ha ido evolucionando, aunque sin cambiar de propósito: hacer que el balón atraviese el aro. Surge, inevitablemente, la gran pregunta. ¿Tirador se nace o se hace?

José Luis Píchel , actual entrenador asistente del Fuenlabrada y antiguo técnico de la cantera del Real Madrid, donde pudo moldear a talentos como el de Luka Doncic , tiene una opinión clara al respecto. «Curry es la combinación perfecta entre talento y ética de trabajo. Su cadena cinética en el tiro es perfecta, la mejor de la historia. Puede tirar desde cualquier posición sin forzar el gesto, siempre con la misma mecánica ya sea desde siete o diez metros. Pasarán muchísimos años hasta que veamos algo parecido», analiza Píchel para ABC. El entrenador, bajo su amplia experiencia en el baloncesto, augura que el tiro se puede mejorar con mucho volumen de trabajo, pero que, sin embargo, la puntería es innata. Prueba de ello es Curry, pues tanto su padre, Dell, como su hermano, Seth (este aún en activo en los Philadelphia 76ers), poseen a sus espaldas una fiable carrera con el lanzamiento de tres como principal arma. «La gran diferencia de Curry con el resto de talentos innatos es que ha llevado el rol del tirador al estrellato. Es un caso muy excepcional». Además, Píchel también confirma la tendencia que ha generado Curry en el baloncesto de formación. «Es algo interesante. Los jóvenes cada vez lanzan más de fuera porque quieren imitar a sus ídolos, como Curry. Por una parte no es justo porque no pueden aspirar a meter lo que él mete. Pero por otra parte, intentar imitar a los grandes es un gran incentivo para que mejoren y se esfuercen».

Rafa Martínez , jugador del Baxi Manresa y uno de los mejores triplistas de la historia de la Liga española, coincide con el entrenador en el aura que desprende Curry. El escolta español, con 20 años de carrera como profesional y con un porcentaje de acierto desde la línea de tres superior al 40%, define de una manera simple y efectiva al jugador estadounidense: «Es de dibujos animados. Ha hecho que lo más difícil de baloncesto, que es tirar y definir, parezca lo más fácil», explica a ABC el catalán. Desde su punto de vista, el talento es fundamental para tener puntería y el trabajo es lo que te da la confianza para ejecutar el máximo de tiros posible. «Curry ha llevado esta combinación a su máxima expresión. Creo que todo el mundo disfruta con un jugador de su talento». Un talento que es inmortal con unas cifras históricas.