Doncic se apunta a la NBA

Para hacerlo, el esloveno tendrá que ser elegido por uno de los cinco primeros equipos, lo que le daría un contrato lo suficientemente alto para hacerse cargo de la cláusula de salida que tiene con el Real Madrid, que es algo inferior a los 3 millones de euros.

Por edad, esta era la primera vez que Doncic podía aspirar a entrar en el draft y no ha dejado pasar la oportunidad. Su nombre suena con fuerza en la NBA desde hace tiempo y eso ha hecho que su decisión haya sido más fácil. Durante toda la temporada, ojeadores de las franquicias americanas han seguido al Real Madrid para ver al esloveno en acción, aunque ha sido en las últimas semanas cuando ese marcaje se ha intensificado. De hecho, en Atenas estuvieron presentes tres equipos que tienen interés hacerse en con los servicios del base madridista: los Magic, los Lakers y los Bobcats.

Aun así, el que más papeletas tiene para hacerse con el número uno son los Phoenix Suns , cuyo dueño fue a Fuenlabrada la semana pasada para ver en directo al jugador blanco. La franquicia de Arizona, que está buscando técnico, ha contactado ya con Igor Kokoskov, actual asistente de los Jazz y seleccionador de la Eslovenia campeona de Europa en 2017. Si finalmente se hiciera con el puesto de entrenador, el destino de Doncic estaría escrito.

Si no es así, el esloveno caería al segundo o tercer lugar del draft, por donde Grizzlies y Mavericks o Hawks podrían cruzarse en su camino. Franquicias todas ellas en decadencia que buscan un líder sobre el que construir el futuro. Destino incierto, en cualquier caso, pero alejado siempre del Real Madrid, que ha asumido ya la más que segura marcha del jugador este verano.

Porque solo si cayera más allá del puesto número cinco, el esloveno se pensaría su salida inmediata. Un caso extraño, que recordaría al de Ricky Rubio. El catalán, elegido con el número cinco, optó por jugar en el Barcelona dos años antes de dar el salto a la NBA. Poco usual, pero efectivo, tal y como se demostrado con el paso del tiempo.

Sea como sea, lo cierto es que los días de Doncic como madridista están contados y el esloveno quiere despedirse a lo grande. Por eso, la eliminatoria ante el Panathinaikos y la posible Final Four de Belgrado se han convertido en una obsesión para él. Presión que se le ha notado en los dos primeros encuentros y que quiere quitarse de encima a partir de esta semana, dejando a un lado la NBA para centrarse en el Real Madrid en su últimos dos meses como jugador blanco.