Lundberg, de escapar de Rusia por la guerra a debutar con el mejor equipo de la NBA

Gabriel Ifeanyi Lundberg (Copenhague, Dinamarca, 1994), como tantos otros deportistas extranjeros, no dudó en hacer las maletas y abandonar Rusia junto a su mujer y a su hijo a finales de febrero, cuando el país gobernado por Vladimir Putin inició la invasión de Ucrania. Una decisión arriesgada, que le dejaba en el paro, pero que le ha traído al ex del Baxi Manresa una recompensa inesperada, la de cumplir su sueño y el de la mayoría de jugadores profesionales de baloncesto: debutar en la NBA.

El escolta nórdico, tras varias semanas de contactos, firmó a mediados de marzo por Phoenix Suns , subcampeón y actualmente el mejor equipo de la competición con 62 victorias en 78 encuentros. Pese a ser oficialmente jugador de los de Arizona, no llegó a Estados Unidos hasta el pasado martes, pues tuvo que esperar la autorización del gobierno ruso para abandonar el país y viajar a Dinamarca, y de ahí a Estados Unidos.

Fue el lunes cuando al fin se vistió de corto y jugó sus primeros minutos en la NBA, en la derrota de los de Arizona contra Oklahoma City Thunder (117-96). En los cuatro minutos que estuvo sobre el parquet, donde repartió una asistencia, no solo grabó su apellido para la eternidad, sino también el de su país. Lundberg se convirtió en el primer jugador con pasaporte danés de la historia de la liga. Lars Hansen también nació en Copenhague, pero debutó ya nacionalizado canadiense.

El sueño de Lundberg con la NBA no ha sido algo repentino. El escolta, según medios estadounidenses, ya estaba en conversaciones con varias franquicias para enrolarse en la liga de verano , una especie de pretemporada donde se pone a prueba a jugadores que pretenden tener una oportunidad en la NBA, una especie de examen de acceso.

Lundberg estaba en la lista, más aún después de que el escolta anotase 38 puntos en noviembre con la selección de Dinamarca ante la República Checa y tras su buena temporada con el CSKA de Moscú. Sin embargo, un buen papel en la liga de verano no asegura un ticket para la NBA y ha sido su excepcional situación (libre a mitad de temporada) la que le ha abierto las puertas de la mejor liga de baloncesto del mundo. Ahora, el nórdico con raíces nigerianas tiene 45 días por contrato para demostrar que puede tener hueco en la NBA.