Euroliga | Final Four

Rice pospone el sueño de la Novena para el Real Madrid

La descomunal actuación del base del Maccabi sepulta al equipo blanco en un partido que llegó a dominar por once puntos

Rice pospone el sueño de la Novena para el Real Madrid efe

emilio v. escudero

El Real Madrid volvió a decir adiós al sueño de la Novena de la manera más cruel. Si el año pasado fue una remontada histórica del Olympiacos la que le dejó sin el título más ansiado, ayer la épica se alió del lado del ... Maccabi para robarle la gloria a los blancos, negados en la prórroga ante un rival que creyó más que nadie en el título. Un descomunal Tyrrese Rice sepultó las esperanzas blancas en la prórroga, donde la ausencia de un Sergio Rodríguez cargado de faltas lastró al conjunto español. La Copa de Europa tendrá que esperar, al menos, hasta el año que viene. [Narración y estadísticas del Real Madrid-Maccabi ]

Si hay dos cosas que caracterizan a este Real Madrid son el corazón y la alegría. Lo primero lo encarna como ninguno Felipe Reyes , el capitán. Un jugador atípico de esos que cautivan de cuando en cuando a la grada blanca gracias a su lucha sin límite. En Chamartín siempre ha gustado la entrega. Ese lema que luce en los despachos desde que Bernabéu era presidente y que invita a todo el que luce el escudo del club a no rendirse nunca. A no bajar los brazos. Con Felipe en el equipo sabes que eso nunca va a pasar, y quizá por eso Laso decidió ponerlo en pista ayer antes de lo normal. Había que apagar un fuego que amenazaba con extenderse.

El triple inicial de Rudy Fernández fue la única nota positiva del Madrid en los primeros cinco minutos. En todo ese tiempo, la canasta del alero lució solitaria en el marcador blanco, mientras el Maccabi sumaba y sumaba acunado por un pabellón teñido de amarillo que no dejó nunca de animar a su equipo. El tiro libre era la única forma que tenía el Madrid de sumar puntos. Un atasco total al que Laso trató de poner fin con la entrada de Reyes y su presencia en la cancha revolucionó totalmente al equipo. El parcial con él en cancha fue de 16-4 a favor del Madrid, que puso por primera vez con ventaja sólida en el marcador (23-15).

Para entonces, ya estaba en la cancha Sergio Rodríguez, la alegría. El hombre encargado de cambiar el ritmo cuando las cosas se ponen feas. Un jugador único que ya revolucionó el choque de semifinales ante el Barça y que contra el Maccabi volvió a brillar cuando las cosas se pusieron feas. Con él al mando, el Madrid amasó una ventaja de once puntos (33-22, min. 16). La máxima. Un mundo si el rival hubiera sido cualquier otro, pero no con el Maccabi enfrente.

Punto a punto. Pasito a pasito, sin ponerse nervioso, el conjunto israelí fue recuperando terreno. La entrada en escena de Rice, el héroe de las semifinales ante el CSKA , revitalizó a los de Blatt, que encontraron en Devin Smith su mejor hombre para finalizar las jugadas. Al descanso, la distancia era mínima, tras un parcial 11-2 culminado con un triple de Blu casi sobre la bocina (35-33).

Intercambio de golpes

En la segunda mitad, el partido se convirtió en una batalla, donde el Real Madrid no se encontró nunca cómodo. Tyus culminó la remontada del Maccabi y el encuentro entró en una dinámica peligrosa de intercambio de canastas que llevó el choque igualado a los último minutos.

Los problemas de faltas personales obligaron a Laso a prescindir de Sergio Rodríguez. Mal asunto. Rice había llevado al límite al canario, cuyo talento ofensivo se encontró ayer con su alter ego. La menuda silueta del base americano que ayer volvió a demostrar que encierra quilates y quilates de calidad.

A sus manos se encomendó el Maccabi, huérfano ya de la oronda figura de Schortsanitis , al que el partido, curiosamente, le vino grande. Daba igual, con Rice encendido, imposible de frenar, el Maccabi siguió mirando hacia delante. Ni siquiera la canasta de Darden que daba cuatro puntos de ventaja al Real Madrid rebajó la euforia en la grada (67-63, min. 36).

Un parcial de 10-2 puso contra las cuerdas al Real Madrid, rescatado in extremis por la línea de tiros libres. No le tembló la muñeca a Sergio Rodríguez ni a Bourousis y el partido se fue a la prórroga.

Ahí, con el Chacho como protagonista intermitente por sus faltas personales y con Felipe latiendo inexplicablemente en el banquillo, Rice dictó sentencia. Sus 14 puntos en la prórroga fueron demasiado. Descomunal actuación del americano que con ocho puntos consecutivos —dos triples y dos tiros libres— rompió la por entonces ya débil resistencia madridista.

Rice pospone el sueño de la Novena para el Real Madrid

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