Picotazo a picotazo, Julián Álvarez nunca defrauda

Ya no representan la 'furia española', que inventaron en Amberes los jugadores vascongados Patricio, Sabino y Belauste. Juegan de otra forma. Ahora los que ganamos 'por lo civil o por lo criminal' (mejor por lo primero) somos otros. La fortuna sonrió el sábado a los no tan audaces. Dominaron ellos sobre todo en el segundo tiempo, pero vencimos, gracias a lo mejor que le ha pasado al Atleti en los últimos tiempos: el fichaje de Julián Álvarez, la 'Araña' que nunca defrauda. Primera pelota que toca y la manda a la red, tras excelente pase de Llorente.

Y el martes, derbi de máxima rivalidad europea en el Bernabéu. Pasión de las hinchadas. El único partido que parece es más que un partido. Pero es solo eso, no perdamos la perspectiva, que era lo único importante para la doña Rosa del café de 'La Colmena'. Oda al fútbol. Dos partidos para decidir quién pasa a la siguiente fase. En el de ida, se adelantó el Real con un gran gol, al que respondió Julián con otro aún mejor. Cuando mejor jugaba el Atleti y tras clara de ocasión de De Paul, volvieron a marcarnos, sin que pudiéramos ya contrarrestar. Los últimos minutos fueron malos, sin ocasiones por nuestra parte.

Con un par de refuerzos estelares (Galán es muy irregular, Llorente no es lateral y añoramos un gran medio centro) el Atlético de Madrid puede asentarse (si no lo está ya) en la élite del fútbol mundial. Está vivo en las tres competiciones en las que participa. No somos favoritos en ninguna, pero soñamos con conseguir un título. Y si es un doblete, mejor que mejor. Si me das a elegir (y no es el comienzo de ninguna canción de 'Los Chunguitos') me quedo con la Copa del Rey, cuya final es probablemente el partido más bonito de los que se juegan en España. Entregada además en La Cartuja por Felipe VI. Pero se gane, se pierda o se empate, Atleti, me quedo contigo.