Fúbol
El idilio sin fin entre Simeone y el Atlético de Madrid
El argentino, el entrenador con más partidos en la historia del club, amplía otras tres temporadas su vinculación con los rojiblancos
El Cholo es el técnico más laureado de su historia y el más longevo en la Liga española
Era un secreto relatado a voces, pero la renovación de Diego Pablo Simeone con el Atlético de Madrid aún necesitaba la firma del técnico argentino para tornarse en una realidad irrefutable. Ocurrió finalmente este jueves, cuando el equipo rojiblanco confirmó de manera oficial el acuerdo que une a ambas partes hasta, por lo pronto, 2027. El idilio continúa.
Tenía el entrenador con más partidos en la historia del Atlético, 642, contrato hasta final de curso. Sin embargo, lejos de aquellos rumores que connotaban una relación deteriorada entre el técnico, la plantilla y la directiva (derivados, obviamente, de la mala racha de resultados en la antesala de Qatar 2022), el momento de los del Metropolitano es, desde la cita mundialista, pletórico. Funciona este Atlético, hace un fútbol bonito y útil como pocas veces hizo y aspira con más certezas que sueños a pelear los títulos de Liga, Copa y Champions League. La confianza es plena en un Simeone que, pese a sumar ya 12 años en el banquillo atlético, tiene el hambre de un novato.
Plasmó el Cholo su octavo contrato en el club de su vida desde que sustituyera a Gregorio Manzano en diciembre de 2011. Aquel era un equipo herido, sin identidad; un grupo de futbolistas que vivía agobiado entre la guerra sin final entre la afición y la directiva. Simeone agarró a un Atlético hundido en las medianías de la clasificación liguera; destrozado anímicamente después de ser eliminado de la Copa del Rey en el viejo y extinto Vicente Calderón por un Albacete de Segunda B. Más de una década después de su fichaje y el fin de un episodio tenebroso en la historia del club, a lomos de un Atlético de nuevo grande gracias, principalmente, a su acción directa, el técnico bonaerense amplía su vinculación con la entidad roja y blanca a la baja. Las cifras de su nuevo contrato no han trascendido, aunque, como contó ABC, Simeone ha aceptado una reducción en el salario que le convertía en uno de los entrenadores mejor pagados del continente europeo.
El ocaso de la simbiosis que forman técnico y club, ciertamente, no se vislumbra en el horizonte. De momento, la firma del exjugador rojiblanco está plasmada hasta 2027, cuando, al margen de ser el entrenador con más partidos de este club centenario, está en proyección de ser el más longevo: igualaría Simeone a Luis Aragonés con 15 cursos en el banco atlético; aunque el legendario preparador español lo hizo de manera discontinua. Es, además, el Cholo el entrenador más estable de la élite continental. En un fútbol inmediato y voraz, que un hombre dirija a un equipo durante, como mucho, un lustro es un hecho muy cercano a lo anómalo.
Laureles
Cuando Simeone se sentó por primera vez en el banquillo del Calderón, el Atlético de Madrid sumaba más de una década sin lograr una victoria ante su eterno rival. El Real Madrid asediaba a los rojiblancos en cada duelo; la situación viró, incluso, en un conflicto mental. Sin embargo, el 17 de mayo de 2013, la dinámica cambió. Ganó el Atlético su décima Copa del Rey ante aquel temible conjunto de José Mourinho. El gol de Miranda en la prórroga bajo un Santiago Bernabéu silenciado es desde entonces una imagen fundamental en el imaginario atlético. Asimismo, coincidencia o no, a partir de ese mismo triunfo, la moneda no siempre cae hacia el mismo lado en el derbi.
Simeone construyó a un equipo de psique ganadora; un equipo que, a pesar de su innegable talento, miraba de tú a tú a esos monstruos gigantes que habitan en las instancias más altas de la Champions League. Creó el impulsivo Cholo un conjunto basado en la motivación intrínseca (más duradera y placentera que la que se obtiene del exterior) y el resultado a esa fuerza fue el éxito. La Copa, esa misma competición donde fue humillado por el Albacete en 2011, el primer título rojiblanco desde la campaña del doblete (1995/96), abrió la veda. Un año después, el Atlético abrazaba de nuevo al éxtasis en Liga al empatar de manera agónica en el Camp Nou; el cabezazo de Godín es otro icono en los 120 años de historia de este club. Después llegaron las dos finales de Champions, los dos trofeos de Europa League levantados al cielo, otras tantas Supercopas de Europa y la undécima Liga, envuelta en ese fútbol pandémico que, por suerte, forma parte del pasado.
Pero más allá de coronas de laurel y vasijas de plata, el Atlético se ilusiona con un futuro compitiendo por todo y contra todos. De hecho, de la mano de Simeone, parece la consecuencia más lógica posible.
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