tour de francia
Brillante victoria de Valverde
El murciano obtiene el triunfo en una espectacular etapa pirenaica. Zubeldia fue el gran perjudicado de los hombres de la general
ignacio bolea
Si ayer los corredores del Tour ofrecieron una etapa bastante aburrida, hoy compensaron brindando una espectacular jornada . Escapadas, ataques, desfallecimientos y rivalidades particulares se sucedieron entre la niebla pirenaica.
La etapa ya comenzó animada con el ascenso al Col de Menté, cuando, camuflado ... entre los que atacaban para buscar la escapada, se coló Pierre Rolland. Aunque el joven francés se encontraba muy lejos en la general del líder Wiggins, Sky decidió no darle opción y salir a por él, descolgando a Zubeldia . Cuando la situación parecía normalizada y un nuevo grupo de corredores se marchaban por delante, fue Nibali el que apareció entre ellos. Por un instante parecía que el italiano pretendía emular a Alberto Contador, Andy Schleck o Thomas DeGendt intentándolo con un ataque desde lejos. Pero los pastores ingleses no estaban dispuestos a dejar que ninguna oveja se escapara del redil. Valverde convenció a Nibali para que aceptara la rendición y dejara intacta las opciones de sus compañeros de fuga.
Una fuga que, otro día más, contaba con importantes nombres: Rui Costa, Valverde, Casar, Leipheimer, Vinokourov, Egoi Martínez o un Gorka Eizaguirre que se merece entrar en este selecto grupo después de su espectacular Tour. Mención especial merecen Kessiakoff y su hoy inseparable compañero Voeckler, que mantuvieron una emocionante pugna en cada cima por los puntos que dirimían el maillot de la montaña, que finalmente portará el francés. Mientras estos dos seguían con su guerra particular, los distintos puertos iban filtrando al resto del grupo. En el penúltimo ascenso, al Port de Bales, Valverde lanzaba un potente demarraje y se marchaba en solitario .
Aún así, la victoria de etapa todavía se veía lejana. Sus 2'30" de ventaja sobre el pelotón eran escasos, aunque el murciano parecía tener buenas piernas. En el pelotón, fracasado el intento lejano, los hombres de Liquigas ponían un ritmo elevado de «calentamiento». Pero el esperado ataque de Nibali no llegaba.
En el postrero ascenso al Peyresourdes, Van den Broeck descubrió por qué. El siciliano no se encontraba cómodo con la humedad y no pudo mantener el ritmo tras el primer acelerón del belga. Durante unos instantes, parecía peligrar su cajón en el podio de París, pero demostró saber sufrir y minimizar su retraso en meta. Más sufrió Haimar Zubeldia que, sin fuerzas y abandonado por unos compañeros más pendientes de la clasificación por equipos, perdió 3' en meta y retrocedió del quinto al séptimo puesto .
Pero si hay dos que no fallan son Wiggins y Froome. La extraña pareja. Durante la primera parte del ascenso intercambiaron confidencias y, como pareja bien avenida, decidieron marcharse juntos a la caza de Valverde. La ventaja del murciano descendía rápidamente: 2', 1'30", 1'... su victoria de etapa estaba en peligro.
Pero de repente Wiggins dio señales de flaqueza y, aunque quedaban pocos kilómetros y era difícil que peligrara su liderato, exigió a su compañero que se quedara a hacerle compañía. A Froome, que veía cerca el triunfo de etapa, no le hizo ninguna gracia. Y se quedó, sí, pero marchando unos pocos metros por delante, para refrendar su superioridad sobre su líder.
Agua bendita para un Valverde que pudo celebrar tranquilamente su victoria. Tras un calvario de dos temporadas sin competir, el murciano volvió a saborear las mieles del triunfo.
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