fútbol americano
Arranca la NFL, el mayor espectáculo deportivo de Estados Unidos
Giants y Cowboys abren una temporada muy abierta que vuelve a estar marcada por la preocupación por la seguridad de los jugadores
víctor pérez
Estados Unidos está preparado para su pasatiempo favorito: el fútbol americano. La NFL arranca este miércoles (madrugada del jueves en España) con el partido de los vigentes campeones, los Giants de Eli Manning contra los Cowboys , entre las dudas sobre ... si el equipo de Nueva York podrá llegar de nuevo a la Super Bowl en otra temporada abierta al máximo en el plano deportivo que vuelve a estar marcada por las preocupaciones sobre la seguridad.
Por fin se acabó la espera. Eso piensan millones de estadounidenses que cuentan desde hace meses los días para el «kickoff» de esta noche en el coloso MetLife Stadium con capacidad para más de 80.000 espectadores que se llenará para ver el primer partido del año y, también, el espectáculo que lo rodea: Mariah Carey y el grupo No Doubt serán los encargados de poner música a una fiesta que llevará frente a la pantalla del televisor al país entero. Aunque su popularidad sea escasa a este lado del Atlántico la NFL es el deporte favorito para más de un tercio de los estadounidenses . Ni la suma del resto de las grandes ligas (NBA, MLB y NHL) son capaces de acercarse al deporte que encabeza cada año la lista de los programas más vistos del año.
Explican los medios de allí que Estados Unidos ama al fútbol sobre todas las cosas. Es un espectáculo siempre duro, a menudo violento, en el que se ha llegado a pagar para lesionar a los rivales y cuyas consecuencias a largo plazo para los jugadores pueden ser devastadoras como demuestran los estudios de los últimos años sobre las conmociones cerebrales. «El fútbol ha muerto, larga vida al fútbol», abre su especial sobre la NFL la revista ESPN, que aporta 120 razones por las que seguir amando el fútbol americano. La propia liga subraya que el 66 por ciento de los partidos llegaron al último cuarto el pasado año con una distancia de 8 puntos o menos, reflejo de un deporte en el que cada jugada es crucial y el menor detalle puede cambiar el rumbo del marcador.
Los favoritos
Los Giants arrancan la temporada con el anillo en la mano, pero no son los máximos favoritos en casi ninguna quiniela. El pasado curso acabaron la temporada regular con siete victorias, y esta vez tienen un calendario aún más complicado: si arrancan bien tienen el peligro de quemarse pronto pero si van de menos a más volverán a ser temibles. Los Green Bay Packers vuelven a perfilarse como los grandes favoritos al anillo. Campeones hace dos años, cuentan con uno de los mejores quarterbacks del campeonato, tienen un equipo que funciona como un reloj en ataque y parecen dispuestos a arreglar sus problemas en defensa. Pero no son los únicos con papeletas para llegar a la Super Bowl. Los Patriots de Brady quieren olvidarse de su decepcionante derrota en Indianápolis y se presentan con todavía más armas (o tightends según el librillo de Belichick) para llegar a la gran final. Aquello de que los ataques ganan partidos pero las defensas conquistan campeonatos se ha convertido en el lema de los San Francisco 49ers , que sueñan con dar un golpe de efecto y llevarse el sexto anillo de su historia.
Las miradas regresarán, aunque por motivos bien distintos, a Denver, que protagonizó el cambiazo del verano con la salida del fenómeno mediático Tim Tebow y la llegada de una leyenda como Peyton Manning, uno de los mejores quarterbacks de la historia que a sus 36 años promete dar todavía mucha guerra. Lo tendrá complicado después de pasar un año en blanco por culpa de sus problemas con el cuello con un calendario tan rocoso como el que tienen los Broncos. La otra cara de la moneda estará en Nueva York, en los Jets de Mark Sánchez y Tim Tebow, una pareja sin química que vacas flacas.
El New York Post Magazine , por ejemplo, les ha caricaturizado como payasos al lado de los relucientes campeones. Salvo milagro (con o sin Tebow) será un año para olvidar.
Será un año para ver a una nueva generación de jugadores que comienza a pedir paso con fuerza. Casi una decena de quarterbacks novatos o de segundo año serán titulares en sus equipos. La mayor parte de la atención irá para las estrellas del draft, Andrew Luck (Colts) y Robert Griffin III (Redskins), aunque no hay que olvidar a Ryan Tannehill, que tomará el mando del ataque de los Dolphins.
Riesgos para la salud
Una de los grandes incógnitas serán los Saints, marcados por el escándalo de las primas por lesionar a los rivales que dejarán fuera de juego toda la temporada al entrenador principal, Sean Payton, y al coordinador defensivo por tiempo indefinido justo la temporada en la que la fiesta de la Super Bowl regresa al Superdome de Nueva Orleans por primera vez tras el huracán Katrina. Un panorama turbio que obligará al equipo a aferrarse a las manos mágicas de Drew Brees , el quarterback con más yardas de pase en una temporada de toda la historia que se ganó una renovación con unos números de vértigo: este año su sueldo será cuatro veces superior al de Cristiano Ronaldo en el Real Madrid .
Fuera del campo la atención se centrarán en la salud de los jugadores, amenazada por las conmociones cerebrales que han demostrado que pueden acarrear serias consecuencias a largo plazo. «Mi hermano mayor me metió en este deporte y ahora quiere que lo deje porque teme que no sea capaz de andar o disfrutar la vida cuando me retire», explica un jugador anónimo a la revista ESPN , que aporta estadísticas sobre lo que piensa medio centenar de jugadores de la NFL: un 48 por ciento acortaría su vida cinco años a cambio de llevarse el premio al mejor jugador en una Super Bowl.
Eso sí, los jugadores más jóvenes parecen más sensibles con el tema. Cada vez son menos los que creen que la oportunidad de jugar en la NFL cubre la posibilidad de sufrir daños cerebrales crónicos, aunque un 45 por ciento de ellos están más que dispuestos a asumir ese riesgo. El asunto está desde hace tiempo en los tribunales a raíz de las demandas de más de 3300 ex jugadores que entienden que la NFL fue negligente en la gestión de este problema al menospreciar unos riesgos que, en mayor o menor medida, siguen presentes en el campo. A pesar de todo Estados Unidos está preparado para disfrutar con su pasatiempo favorito: es la hora del mayor espectáculo deportivo del mundo.
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