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Neymar ya cobra hasta por saludar a los aficionados

Un reportaje sobre los bonos en los contratos de las estrellas del PSG desata la polémica en Francia y hunde la idea del fútbol romántico

El brasileño durante un partido entre el PSG y el Lulle el pasado 2 de noviembre EFE
Jorge Abizanda

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Divos caprichosos del balón y jóvenes encumbrados prematuramente al estrellato que celebran goles para aumentar su cuenta de billetes, millones de ellos, frente a gladiadores que morían con las botas de tacos puestas por la satisfacción de honrar a un escudo y a ... una ciudad o simplemente por el mayor de los premios para un futbolista: sentir el cariño de su hinchada a través de una ovación. Deporte nacido a finales del siglo XIX alrededor de las fábricas inglesas, aquel sentimiento trabajador que facilitó el impulso mundial del fútbol permanece intacto en las gradas, pero en los grandes vestuarios reina ahora el lujo y el glamur. Taquillas en las que los jugadores más mediáticos, como Neymar, además de ropa carísima y relojes de miles de euros, también guardan los secretos inconfesables de sus fichajes. Las cláusulas del contrato del astro brasileño con el PSG, sin embargo, han salido a la luz en un documental emitido por «France 2» y la controversia se ha desatado entre la afición del conjunto parisino extendiéndose rápidamente por todo el país. El delantero, según ha trascendido, cobra 375.000 euros por aplaudir a los seguidores de su equipo al término de los partidos. No es el único porque también se ha sabido que su compatriota Thiago Silva se embolsa 33.000 euros por ese motivo. El agradecimiento de las estrellas a los fieles ya tampoco resulta gratuito en el fútbol moderno.

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