Juegos paralímpicos
Enhamed Enhamed: «España necesita recuperar el esfuerzo de Barcelona 92»
El nadador invidente ganó cuatro oros en Pekín y afronta el papel de favorito con ilusión y con la madurez que da el éxito
Laura Marta
Apenas se le nota el cansancio aunque el entrenamiento ha sido duro. Londres 2012 está muy cerca y hay que afinar y pulir los últimos detalles. Sin embargo, su semblante siempre exhibe una sonrisa sincera que esconderá el sufrimiento, pero expresa lo a ... gusto que se siente con su vida. El ganador de cuatro oros en Pekín 2008 se sabe favorito para la cita paralímpica de Londres, pero su trayectoria como nadador ha mejorado, igual que su madurez para afrontar lo que venga.
-Después de los éxitos de Pekín, ¿qué espera de estos Juegos?
-Más competencia. Mis entrenamientos han ido bien, pero sé que los de mis rivales también han sido estupendos. En Pekín solo quería ir a por el sueño, llegar entre los primeros. Ahora es diferente. Ahora el rival soy yo. Y es más fácil perseguir que ser el que marca el ritmo.
-Parece un reto más alto .
-Sí, pero también más bonito. Los días que te entra el bajón te dices: venga, que sigues aquí delante. Y en los que todo sale bien siempre piensas que hay que trabajar un poco más porque todavía queda y los de atrás llegan muy fuertes, igual que llegué yo.
-Y la ilusión, ¿cómo la lleva?
-Es curioso. Ha habido muchos momentos en los que no me apetecía que llegaran los Juegos, pero en los últimos meses, a pesar de ser más estricto con los entrenamientos, me han entrado más ganas. Y ahora estoy muy emocionado.
-¿Y qué ha cambiado en estos cuatro años?
-Físicamente he mejorado mucho y me veo también más maduro. Antes me limitaba a saltar y a nadar sin parar, y ahora pienso en estrategias, he aprendido a medir, a calcular. Y personalmente, me he dado cuenta de que me importa mucho qué se puede ofrecer con los éxitos que se consigan. Las medallas están muy bien, pero yo no he vuelto a ver las de Pekín, ahí están, en un cajón. Pero creo que se puede dar a la gente algo más con esos triunfos.
-¿Qué quiere transmitir?
-Que todos tenemos la capacidad y el potencial para lograr lo que nos propongamos. Nadie te lo va a regalar, pero a la gente que viene detrás y que no hace nada de deporte le diría que puede cambiar su vida si se lo propone. No sé si lo llego a transmitir, pero es lo que me gustaría.
-¿Cree que la sociedad no lo hace?
-Creo que no existe la cultura deportiva, la del esfuerzo, la de luchar por los objetivos. A mí el deporte me lo ha dado todo porque me enseña a enfrentarme a todo. Es una forma de crecer, de no apalancarte y de seguir superándote porque los demás lo hacen. Nadie tiene limitaciones, es que te acomodas a mantener una monotonía del esfuerzo, de rendimiento. El deporte obliga siempre a romper ese límite.
-¿Qué le impulsa a usted?
-Mi familia ha sido un apoyo importante, aunque nunca en el sentido de retarme, sino de apoyo, de sostén. Otro apoyo importante para mí es la lectura. Sobre todo entrevistas de gente que me motiva y que me da fuerzas para seguir mejorando.
-¿Se lleva libros a Londres?
-Siempre. Me llevo "Los cinco anillos", de Miyamoto Musashi, un samurái del siglo XVII. Dos o tres libros de psicología y desarrollo personal que van conmigo a todas partes desde hace años y alguna novela que tenga algún persona que se enfrenta a mil historias. Para distraerme, pero que me mantenga con ganas de emular a alguien.
-¿Contra qué lucha en la piscina?
-La natación es un deporte muy mental. Especialmente para los ciegos porque ni siquiera sabes por dónde va tu rival. Siempre tienes que competir dentro de tu cabeza. Es lo bonito, tener que crear imágenes y sonidos que te motiven para no dispersarse dentro del agua.
-Parece muy difícil.
-Lo es. El rival interior es el más pesado porque nos conocemos bien a nosotros mismos y encontramos muy pronto nuestros puntos débiles. En la prueba perfecta solo piensas en la táctica y en lo que te motiva (imágenes, sonidos, recordar una felicitación de alguien de algún país que no conoces de nada y que te felicita por lo que has conseguido). En la prueba imperfecta piensas en más cosas. Aparecen los monstruos y hay que darles un martillazo en la cabeza.
-¿Piensa en un futuro fuera de la piscina?
-Sí, la natación me ha dado muchas cosas, pero es un mundo pequeñito para todas las cosas que quiero hacer y me quedan pendientes. Creo que sí iré a más Juegos, a Río, pero no sé ni hasta cuándo ni cómo, ni siquiera me lo planteo. Esto funciona hasta que te llama. Cuando deja de llamarte, tienes que dejarlo. No puedes seguir a medio gas. Por el momento, a mi me sigue llamando mucho.
-¿Hasta Madrid 2020?
-Que Madrid albergara unos Juegos Olímpicos supondría el empujón que le hace falta al deporte otra vez en España. Supondría el cambio social. Más que la mejora de las instalaciones y del deporte base, sería un cambio cualitativo en la mentalidad social. Hacen falta unos Juegos para que en España recuperemos esa mentalidad orientada al esfuerzo, al trabajo, a los objetivos y al deporte. No existe la cultura deportiva. Estamos viviendo una generación en la que ha habido muchos éxitos deportivos, y son precisamente los que nacieron con el espíritu de Barcelona 92. Hace falta, nos vendrá bien como país porque no nos hemos marcado objetivos para alcanzar y superarnos. Hay que avanzar y para eso necesitamos que la gente se esfuerce, buscar nuevos retos. Las siguientes generaciones necesitan que lo hagamos.
-¿Practica otros deportes?
-Nada, incluso evito subir las escaleras. Y en la tele, depende del comentarista. Como no lo veo, si la narración es mala me aburro enseguida y me pongo a leer.
-¿Algún ídolo dentro y fuera del deporte?
-Ídolos, ninguno. Gente a la que admire, a Michael Phelps. No creo que sea el mejor nadador de la historia, sino el mejor deportista de la historia. Lo que ha hecho ha sido increíble, muy difícil de que se repita. Y también Rafa Nadal, Federer y Gasol.
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