El brutal K.O. de Deontay Wilder que mandó a su rival al hospital

Wilder conservó de esta manera tan convincente su título del Consejo Mundial de Boxeo (WBC), que ya mantuvo antes en dos ocasiones. Ante Szpilka el norteamericano sumó su victoria número 36 en otros tantos combates , 35 de ellas logradas antes del límite de tiempo.

En el noveno asalto Wilder logró conectar un durísimo derechazo en el mentón de su rival que no solo le mandó directamente a la lona, sino que tuvo que ser evacuado a un hospital para ser evaludado como medida de precaución.

« He hecho lo que había prometido: le he dejado K.O. y he ofrecido al público el espectáculo que esperaba », declaró el púgil de 30 años, que persigue convertirse en el dominador absoluto de los pesos pesados unificando todos los títulos existentes, a la manera de Lennox Lewis, el último campeón absoluto de los pesados en 2000.

Aunque el espectáculo no acabó una vez derribado Szpilka, pues con Wilder recogiendo el cinturón, apareció Tyson Fury para retar al norteamericano . «Solo hay un Tyson Fury», gritó el inglés, campeón también tras batir al ucraniano Vladimir Klitschko el pasado 28 de noviembre.

Los dos púgiles protagonizaron un tenso cara a cara, a muy pocos milímetros de distancia, en el que volaron los desafíos. «Me enfrento a ti cuando quieras, donde quieras, una vez que haya arreglado cuentas por segunda vez con Klitschko», le espetó Fury mientras era abucheado por los 12.000 espectadores del Barclays Center. « Tú no vales nada, eres un provocador. No tengo miedo de nadie y estoy preparado para pelear contigo », respondió el «bombardero de bronce».

Antes de que los dos púgiles invictos puedan cruzar los guantes en un ring, el inglés tiene pendiente una revancha con Klitschko y el americano ha de medirse a su retador oficial, el ruso Alexander Povetkin, presente también en el combate de ayer pero mucho más calmado que Fury.

«Me encantaría que Fury fuese mi próximo adversario, pero tengo antes un desafío oficial. Pero, Tyson, te prometo que nos veremos las caras », concluyó un exultante Deontay Wilder.