El Barça se venga del Sporting de Lisboa y conquista su cuarta Champions

Cuando en las oficinas del Barça cerraron la contratación de Jesús Velasco como técnico, una competición estaba marcada en rojo por encima del resto en el calendario de la campaña 2021-22. A los azulgranas la última Champions se les había escurrido entre los dedos y poner su poderosa plantilla en manos del entrenador toledano podía ser el remedio para evitar que volviera a suceder un accidente como el de la final de Zadar. Su experiencia en Europa, siendo el entrenador con más partidos en la competición, y sus dos títulos (2017 y 2018 con Inter y ambas ante el Sporting) se veían como una garantía para acercar el éxito. Y la apuesta no ha podido salir mejor.

Con el cinco veces nombrado mejor entrenador del mundo al timón el conjunto catalán ya ha levantado la Copa de España y esta Champions, la cuarta de su historia tras las de 2012, 2014 y 2020 . Un triunfo que tiene aún más valor por llegar ante el equipo que defendía el título y ha estado presente en cinco de las seis últimas finales. Por delante queda la guinda, el título de liga que debe certificar en los playoffs tras una fase regular en la que está siendo el equipo a batir.

Tras dejar en la cuneta al Benfica en semifinales (4-5), en una épica remontada culminada solo dieciocho segundos antes de tener que acudir los penaltis, se presentaban los azulgranas en el decisivo choque de Riga con el recuerdo fresco de la última final. Una espina que quedó clavada en su historia tras dejar escapar una ventaja de dos goles y verse remontados por el mismo Sporting de Lisboa.

La que era la sexta final para ambos fue muy física desde el inicio, dejando casi sin sitio a la tremenda calidad de los jugadores de uno y otro equipo. Fue el Sporting quien llevó la iniciativa al principio, apoyándose en una mayor agresividad en los duelos. Sin embargo, eso cargó a los lusos de faltas muy pronto, lo que les obligó a levantar el pie del acelerador. Ahí respiró el Barça, que pudo equilibrar el choque y comenzó a probar a Guitta. Como en un disparo de Matheus al palo, que fue de hecho el preludio del 1-0 de Sergio Lozano en el minuto 15 y del 2-0, obra de Pito , tres minutos después. Un sutil toque del alcalaíno y un chutazo del brasileño tras un robo ponían a los de Velasco por delante antes del descanso.

El guión era curiosamente similar al de la final de hace un año, en la que los lusos consiguieron finalmente remontar, pero el golazo de Ferrao nada más salir de los vestuarios cambió la historia. El 3-0 desquició a los lusos, que recurrieron a una subida de intensidad en ocasiones salpimentada con provocaciones, pero lejos de encontrar las cosquillas al conjunto español lo único que consiguieron fueron varios sustos en su portería.

Quedó claro que la intensidad y la concentración azulgranas tenían esta vez poco que ver con las que le costaron la remontada del curso pasado. El cuadro de Velasco en ningún momento se dejó avasallar, ni siquiera cuando los lusos apostaron definitivamente por el portero-jugador a falta de siete minutos, y demostró haber dado un paso adelante en cuanto a mentalidad. Una mejora que lo ha colocado nada menos que como segundo club más laureado del continente.

El gol de Didac desde su portería, castigando el juego de cinco de los portugueses, cerró un partido que ya es historia del Barça.