Talansky revoluciona el Dauphiné y Froome se hunde

En una etapa corta (130 kilómetros), Talansky se metió en la fuga –junto a su compañero Hesjedal– de 23 hombres que marcó la carrera y que provocó un zafarrancho memorable. Tercero en la general a solo 39 segundos de Contador al iniciar el día, aprovechó que el Tinkoff-Saxo no contaba con suficientes efectivos para reducir la ventaja de una escapada tan grande. Sky, a pleno rendimiento, sí que estaba en plenas condiciones y decidió aislar a Contador. Tenían a Porte, López y Mikel Nieve en la escapada, y mandaron frenar a los dos primeros para ayudar a Froome.

El plan les salió del revés. Cuando la escapada tenía dos minutos de ventaja, Contador atacó y Froome no pudo ni intentar seguirle. El británico se hundió: a rueda de Porte y David López, nunca había mostrado tanta debilidad en tres años, el mismo día en que un medio francés ha publicado que la UCI le proporcionó un certificado médico de manera irregular. Contador, hinchado de moral, se fue a recuperar el maillot que estaba perdiendo.

El madrileño hizo unos kilómetros espectaculares: en un abrir y cerrar de ojos le había metido un minuto a Froome y reducido casi otro a Talansky. Al empezar Courchevel, parecía que el español se iba a comer a Nibali, que rodaba entre medias porque había atacado un poco antes, a la escapada, a Talansky y hasta el Tour de Francia en los mismos kilómetros.

Pero a tres semanas del Tour, Contador acusó el esfuerzo de la etapa en el último puerto. Las piernas de Talansky, en su gran oportunidad, aguantaron mejor que las de Contador el esfuerzo de toda la etapa. Mikel Nieve atacó a dos de meta para llevarse la etapa, una pequeña alegría para Sky en una jornada aciaga en lo demás.

Talansky cruzó la línea de meta a nueve segundos del navarro y, agotado, se puso a esperar los 39 segundos que le daban la victoria de su vida. Contador entró a 1:06 y Talansky rompió a llorar. Al madrileño, que se vuelve a quedar sin Dauphiné, le quedan el consuelo de los 3:50 que hoy le ha metido a Froome –12º en la general final– y el peso que puedan tener en el Tour, la madre de todas las batallas.