El día que Seve Ballesteros debutó como profesional

Cualquier otro joven en su lugar estaría contento por haber debutado como profesional, mas al novato de Pedreña eso no le bastaba: él quería ser el primero desde el principio. «El torneo fue muy complicado porque hizo muy mal tiempo y el último día tuvimos que jugar 36 hoyos para completar el resultado. Con el paso del tiempo recordamos a menudo esa anécdota y mantuvimos una gran amistad. Aunque tuvimos nuestras diferencias, como éramos fieles a nuestros principios siempre perduró nuestra relación».

«Yo tuve la suerte de jugar con él en el pro-am —indica Ricardo Martínez, profesional local que también disputó el torneo— y fue un auténtico placer. Me dejó totalmente impresionado y a raíz de entonces le seguí en multitud de pruebas. Le pegaba muy duro a la bola y pateaba de maravilla: cada golpe lo tiraba a embocar, era impresionante su ansia de ganar». Ese carácter tan típico suyo lo mostraba desde siempre, como se ve, «pues en el campo era muy serio y estaba totalmente concentrado. Tenía un objetivo y salía pensando únicamente en el triunfo. Ahora bien, en cuanto dejaba el campo era un tipo muy majo y luego nos íbamos a cenar por ahí».

El club barcelonés, fundado en 1914, está también de celebración. Entre mayo y julio celebrará diversos actos de su centenario y, como homenaje a su historia, la periodista Nuria Pastor ha escrito un libro que la recoge. «Yo no asistí a ese torneo en concreto (que tuvo 800 pesetas en premios y en el que Piñero firmó una última tarjeta de 64 golpes pese a la lluvia). Pero a final de temporada, en el Open del Paraíso de Málaga, ya le vi dar bolas en directo y tuve claro que iba a ser una figura. Era un personaje fuera de lo común, aunque sólo tuviera 17 años».

Un mes después de su «desdichado» debut profesional, Severiano disputó su primer torneo internacional en La Manga (Murcia), el Open de España. «Fue mi primera experiencia como jefa de prensa —explica María Acacia López-Bachiller, responsable del Circuito Europeo— y todos me recomendaron que fuera a ver al hermano de Manolo Ballesteros, que también se estrenaba en el Tour, como yo. Desde entonces nos caímos bien y desarrollamos toda nuestra carrera de manera paralela».

Curiosamente, una efemeride tan relevante para el deporte español, como es el comienzo de la leyenda del genio cántabro, ha pasado totalmente desapercibida. Ni los organismos oficiales (Consejo Superior de Deportes, Federaciones Española o Cántabra) ni siquiera la propia Fundación Seve Ballesteros han hecho mención a ella ni han promovido ningún homenaje. Y en estos momentos, a falta de dos meses para que se celebre el Open de España en el PGA de Gerona, tampoco hay previsto ningún reconocimiento del Circuito Europeo con motivo del 40 aniversario del estreno internacional del de Pedreña, precisamente en este torneo. Tiempo hay para remediarlo. Sería un buen momento para rendir un nuevo tributo a su legado.