Laia Sanz: «Los hombres me consideran uno de ellos»

Dice «primeros». Sus rivales son hombres. Nunca se sintió menospreciada en el Rally Dakar por ser mujer. «No, para nada». Es muy respetada por el otro sexo. «Los hombres me tratan como a cualquier otro piloto, igual que se tratan entre ellos. No soy diferente a los hombres en la competición. Es verdad que la fuerza física es más importante en las motos que en los coches y que ellos son más fuertes, pero nada más. El rally es duro para ellos y para nosotras. En mi primera participación, en 2010, ellos estaban a la expectativa, hasta que te conocen un poco. Después, era uno más, una más, Ahora me ven en igualdad de condiciones que ellos. Me consideran uno de ellos. Tengo buen rollo con los hombres en el Dakar».

Arrerglarte tú la moto, sola. Aborda el rally más importante del mundo con una Honda más potente. «Tengo una ilusión muy grande. Es la moto más buena que he llevado nunca. No tengo presión. Corro en un equipo privado, he tenido que lograr los apoyos y aquí estoy, donde yo quería».

Observa el recorrido y siente que sus rivales no son los hombres. Lo mismo piensan ellos. «El primer enemigo es el rally. Será un Dakar más duro, con más kilómetros cronometrados por día y soportaremos dos etapas maratón en las que no habrá ayuda mecánica ni asistencia. Tú misma deberás arreglar la moto si sucede algo. Serán jornadas más difíciles para nosotras. Y estoy preparada para ello». Valora lo mejor y lo peor de esta aventura: «Lo mejor son los paisajes, únicos, inolvidables. Lo peor, dormir tan poco».

Por primera vez cruzará el Salar boliviano, otro examen de supervivencia. «Sé que iremos sobre la moto a mucha altitud, tres mil metros, pero no sabemos cómo es el terreno. El Dakar siempre te esconde varios días con bastantes trampas y alguna habrá en este nuevo recorrido por Bolivia. Correremos, además, a cincuenta grados de temperatura. Hay que tener mucha resistencia y no marearte».

Lágrimas inolvidables. Sus lágrimas del año pasado dieron la vuelta al mundo. Lloraba desconsoladamente, soltando adrenalina, después de alcanzar el campamento de Córdoba (Argentina) tras ser remolcada por Miguel Puertas. Era la novena etapa. El ganador había llegado al campamento quince horas antes. Laia pasó de estar entre los cuarenta primeros a la posición 93. Pero fue otra vez la mejor mujer del raid.

La española sabe que tras las trampas de El Salar vendrán las del desierto de Atacama: «Ahí terminará de decidirse el rally, pero este desierto lo conocemos. Se rueda a mucha velocidad». En carrera se relaciona bien con todo el mundo, casi todos hombres. Amiga de sus amigos. «Me llevo bien especialmente con Marc Guasch, con Dani Oliveras, con Joan Barreda…» .

El año pasado fue duodécima en una etapa. Ese no es el fin: «De nada sirve ser duodécima un día si luego no acabas el Dakar. Me siento bien físicamente. Mi meta es acabar entre los 30 o 35 primeros». Primeros. Porque es uno más. Única.

Años histórica. 1992 Con siete años participa en una carrera júnior de motos. Quedó la última.

1997 Gana su primera carrera contra hombres.

1998 Conquista el Europeo de Trial femenino, que aún no era un campeonato oficial.

2000 Gana el Campeonato Español Cadete. Era de nuevo la única mujer. Es su título más satisfactorio. Y consigue su primer Mundial en Trial.

Trece Mundiales Desde entonces suma trece Mundiales y diez Europeos de Trial, más dos Mundiales de Enduro. Y es la mejor mujer del Dakar desde 2010.