Roma: «Sé que voy a ganar en coches tarde o temprano»

—A usted solo le queda este reto, ganar en coches y hacer historia .—Es el gran reto que me queda en mi carrera deportiva, sí. Y sería espectacular poder ganar el Dakar de coches el 18 de enero, mi fecha clave. Hace diez años conseguí la victoria en motos el 18 de enero de 2004. Sería una gran celebración, tras una década, disfrutar de esta victoria tan ansiada. Mi vida rueda en torno al Dakar. Es la carrera por antonomasia. Cuando vencí en motos decidí pasar a los coches inmediatamente. Quiero ser el tercer piloto de la historia en triunfar con dos y con cuatro ruedas. Ese es mi objetivo. Pienso que este año lo puedo lograr. Sé que voy a triunfar en coches tarde o temprano. Será esdte año o el siguiente.

—¿Qué hace falta para celebrar el éxito en coches? —El primer adversario en este rally es uno mismo. La clave es no equivocarte nunca. No puedes fallar. Y si te equivocas, que no sea de manera importante. Después, debes tener la suerte de que cuando te equivocas puedas solucionar el error sin demasiados problemas, ya sea técnico, de navegación o de tomar una ruta mala. Si eso falla, puedes perder la carrera. Luego están los rivales. P eterhansel y Nasser Al-Attiyah, que llevan un Mini como yo. Sainz, con el buggy. De Villiers, con el Toyota . Todos ruedan muy rápido.

—Peterhansel y Sainz son polos opuestos. El francés corre con el mínimo riesgo. Carlos es velocidad pura desde la salida. Al Attiyah también va a tope .— Peterhansel es el último ganador y siempre es el rival a batir. Lee muy bien la carrera. Es un piloto prudente y ahí está su palmarés en el Dakar. Es el número uno. Carlos será un duro rival, seguro, porque impone un ritmo muy alto desde el comienzo. Es fogoso, siempre corre muy rápido, pisa a fondo desde el principio. No se guarda nada. Es alucinante, porque con los años que lleva en este mundo de los rallys nunca baja el ritmo. Es agresivo. Todos estos pilotos son muy buenos.

—¿Y cómo definimos a Nani Roma? —Yo trabajo siempre para ganar. Mi primera idea es no fallar, para no tener que retirarme y perder todas las opciones. Voy a tope cuando el terreno lo permite, y guardo la mecánica cuando el trazado lo aconseja. Saldré de manera prudente, sabiendo que será una carrera larga y dura, pero sin perder de vista a mis rivales. Mi lema es volver a casa sin echarme ningún reproche por no haberlo dado todo en la pista. Este año he ganado cuatro carreras y me encuentro en una forma espléndida. Mi reto es que no se escapen estos cabrones (risas).

—Peterhansel, Al Attiyah y usted encabezan el equipo Mini. Espero que no haya órdenes previas de equipo y el francés tenga preferencia. —No hay órdenes de equipo, por supuesto. Yo salgo con todas las opciones para ganar. El que sea el mejor triunfará. Eso sí, al final del rally, el que vaya en cabeza tendrá preferencia sobre los demás y puede haber órdenes para ayudarle a ganar si los demás estamos lejos de los podios, porque quien triunfará será el equipo Mini.

—Va a ser el rally más duro de la historia, con etapas cronometradas y muy largas desde la salida. —Por eso hay que tener cuidado con la mecánica. Desde la primera etapa tenemos largas especiales cronometradas y los pilotos van a ir muy rápido. Y el peligro es que tendremos etapas larguísimas sin asistencia mecánica, dependiendo de uno mismo. Hay jornadas que recorres primero quinientos kilómetros y entonces comienza la especial cronometrada, que termina a los ochocientos kilómetros.

—Y el calor es insoportable. ¿Qué temperatura soporta usted dentro del Mini? —En América del sur es verano y hay etapas con temperaturas de 50 grados que dentro del coche, con el mono puesto, se convierten en 65 grados. Menos mal que tenemos un tubo de aire fresco, de aire acondicionado, de lo contrario sería imposible aguantar. Te va la vida con ese aire, porque el calor del motor lo sientes bajo los pies.

—¿El desierto de Atacama, la zona de Copiapó, decidirá? —Algunos pueden perder el rally mucho antes, dada la dureza, pero en ese desierto se decidirá para muchos, sí.