Samuel Navalón puntúa en la sosa apertura de la Feria de Julio de Valencia

La nobleza fue la mejor virtud del primero de la tarde. Pero fue una nobleza a la que no acompañó su evidente falta de fuerza; esta circunstancia hizo que se defendiera a la hora de tomar la muleta, desplazándose siempre mas largo por el derecho que por el izquierdo. Nek lo trató con suavidad logrando muletazos sueltos tan templados como estéticos. Lo más destacado de su actuación, que terminó de una estocada entera, fue el recibo con el capote tanto a pies juntos como con el compás abierto.

Buena condición apuntó el cuarto. Pronto y alegre en los cites, pero se vino estrepitosamente abajo durante los primeros compases de faena sin dar opción al valenciano a lucirse y poder llegar con fuerza al tendido. Pinchazo y media estocada.

Buen saludo capotero de Jarocho al segundo de la tarde, un ejemplar también noble pero de embestida poco humillada. Buen quite de Samuel Navalón por chicuelinas, al que respondió Jarocho con uno muy templado por verónicas. Banderilleó con soltura clavando los tres pares por el izquierdo. Comenzó la faena de rodillas, con unos ayudados a dos manos. Luego, al torear sobre ambas manos, por mucho empeño que puso, el novillo cada vez se quedó mas a mitad de la suerte hasta prenderlo al torear con la derecha saliendo conmocionado. Quiso continuar pero el novillo se fue al abrigo de las tablas sin apenas transmitir nada. Todo lo puso Jarocho, que mató de una estocada que hizo guardia y otra casi entera de efecto rápido. Tampoco se prestó el quinto para el lucimiento. Muy parado y soso en sus embestidas, no sirvió para el toreo que se practica hoy en día, pero al menos permitía pisar un terreno de cercanías y poder mostrar otra actitud. Lo finiquitó de estocada tendida.

Con dos faroles de rodillas y un puñado de buenas verónicas recibió Navalón al tercero, un ejemplar muy desentendido al que le costó centrarse a la hora de tomar el capote. Comenzó con un farol de rodillas y una serie con la derecha en los mismos medios. Un acierto por su parte sacar al novillo a esos terrenos después de observar su comportamiento en los tercios anteriores. Faena repleta de oficio y buenas maneras, donde destacaron las series con la mano derecha. Terminó con unas ajustadas bernadinas, pero se le escapó el triunfo al fallar con la espada. Pinchazo, pinchazo hondo y descabello. Pese a ello, le dieron un trofeo. Hasta tres veces se fue Navalón a portagayola, tantas como novillos salieron en sexto lugar. Navalón pese a la hora y el escaso juego de los novillos que aparecieron en último lugar, quiso justificarse, pero su labor ya no hubo gente capaz de aguantarla.