Los toreros acudieron a la cita de Dax, pero los toros no siempre pusieron la salsa

Con el cuarto que brindó al público, citando desde el centro y de largo sus pases fueron marcados por la naturalidad, la suavidad y la verticalidad. Logró ligar haciendo él todo pues el toro se quedaba. Fue una faena de maestro, breve de necesidad. Ovación y saludos.

Emilio de Justo toreó con lentitud en el capote. Brindó al público doblándose muy torera mente con el toro y logró una buena tanda de naturales, larga y con pureza. El toro iba quedándose y teniendo corta embestida. Estocada al encuentro. Ovación.

El quinto toro tenía el defecto de vencerse por la derecha, lo que puso en aprieto a un banderillero y nos valió un quite soberbio de Fernando Sánchez. Emilio de Justo, a pesar de ese defecto, inició su faena con derechazos de mucha firmeza y , más adelante pudo emplear la izquierda llevando muy toreado al toro, y acabando con la derecha sin la ayuda de la espada. Estocada algo caída. Cortó la oreja.

Tomás Rufo vio la nobleza y la humillación del colorado de Garcigrande desde el primer momento. Verónicas suaves y un quite por delantales rematados con revolera, todo muy templado. Después de unos pases por alto logró dibujar una faena sobre las dos manos, de pases ligados, muy puros y templados, llevando al toro muy toreado, faena coronada de un estoconazo. Oreja.

El sexto, muy corto de embestida y defendiéndose mucho con la cabeza, no permitía nada válido, sino unos naturales aislados. Pinchazo hondo y descabello.

En esta tarde de reencuentros con unos toreros muy queridos aquí una ovación al inicio les obligó a saludar, cosa no tan frecuente en las plazas francesas. También un joven aficionado leyó al inicio una declaración para defender la libertad cultural contra una propuesta de ley para prohibir las corridas que se debatirá en noviembre.